lunes, 15 de enero de 2007

MYRIAM BEN: 'La autenticidad (1ª parte)


"... Clamaron

El cielo pertenece a Dios

Los pueblos respondieron

La tierra nos pertenece



E vi correr

La sangre sobre la tierra... "


Myriam Ben


La Autenticidad

es

cuando te tomas la medida

de la soledad

aprender

que la amistad solo es un preludio

a la gran herida



La Autenticidad

es aprender

a quemar tus pupilas

cerrando los párpados

sobre tus ojos flamantes

con fuentes de luz



es volar

sin jamás doblar tus alas quebrantadas

volar hasta el núcleo del fuego sagrado



es saber

cuando la libertad

sólo es para tu alma

un cuchillo

que no es tuyo de Dios

no es tuyo

solo es al hombre de hombre

el verdugo



La Autenticidad

es tu alma que se axfisia

al borde de los labios sedientos

delante de la fuente de piedra, desecada

donde el soplo de tu ira

mide sus límites y sus crímenes sin nombre

y sus abismos y sus leyes

sangra a cada jalón

hasta el punto en que gritar para tí

significa callarse para siempre

los ojos abiertos

sobre el horizonte



es conocer

que este mundo sin ventana

sólo asume sus chivos expiatorios

sólo guarda del saber

el gran saber olvidado

pone en himnos sagrados

las promesas renegadas

hace del reino del traidor y del cobarde una gloria

paga la pena de los hombres

con moneda de falsario


EN LA PÁGINA 34 DEL Nº 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO'

viernes, 12 de enero de 2007

CESAR M. ARCONADA: versos de amor a una camarada


VERSOS DE AMOR A UNA CAMARADA

No subamos tan alto

Si se vive en la vieja luna de los sueños
la evasión de suspiros y el muerto anhelo de las almas;
si es allí donde la inteligencia muere desvaída en luz;
si es allí donde las rebeldes voces callan
y los dolores del mundo tienen profunda negación de ámbito,
camarada mía, camarada encendida de fuegos
y de ascuas, no subamos tan alto.
Los trigos crecen hasta la altura de los brazos cansados de los trabajadores.
El espejo de los fogoneros es la boca encendida de las calderas.
Los olivos, y los manzanos risueños, y las vidas con zumo de sol de otoño
nutren los cuévanos avariciosos de los amos.
Esto es así, amante mía.
¡No subamos tan alto!
La luna es el país de los amantes fugitivos
donde los corazones viven la nada y el fuego de sus vuelos de tórtola.
A la luna se va, por las noches,
la vaguedad de suspiros que crecen en los pechos.
A la luna se van los pájaros sin nido, las almas,
el perfume de las flores de trapo,
las miradas perdidas, el amor vulgar de los domingos de los parques.
¡No subas tan alto!,
camarada, luchadora, fuerte amiga nuestra.
Y es así.
Las lágrimas de los pobres ruedan sobre la tierra;
las voces rebeldes de nuestros camaradas circundan la tierra.
Y todo es así, amor,
pero la tierra no es nuestra.
Las estrellas nos miran, pero no nos defienden.
Los ríos suenan a rumor de tropeles
y la primavera nos llama a vivir con alegrías de hermanos.
Dame tu amor; amemos, camarada;
que ellos vayan a la quieta luna
de las noches ociosas, que ellos vayan;
nosotros, no, que en la luna se sueña y en la tierra se lucha.


Prisión y liberación

Si en esa hora hundida como pecho de niño enfermo
no se oyera un trino de tierra alondra amiga,
¿cómo podrían amanecer los limpios, claros, altos horizontes,
y hacernos jóvenes, y renovarnos fuerzas,
y abrirnos puertas de luz y sendas de norte hacia anhelosas cimas?
El roble es duro. ¿Quién no sabe
que el viento no mella sus duros troncos de sierpe?
Pero el hombre, el hombre...
hecho a vertientes, a contrastes, a claridad y sombra.
¡El hombre!
Sí, en la hora hundida de las tardes,
cuando se siente oscuridad de nieblas pesar sobre los hombros,
camarada, animosa, fuerte camarada, abre
tus brazos, aprisiona mi frente,
aclara dudas, tiñe las melancolías, acaricia
este débil temblor de malos aires nocturnos
y libértame pronto.
¿Quién no oye gemidos sobre las losas de las cárceles?
¿Quién no oye la congoja desolada de las madres
que tiene hijos y cajones vacíos, sin pan, sin nada?
¿Quién no oye una conciencia unánime de voces
pidiendo justicia a sus miserias,
a sus lacras, a su cieno, a su asquerosa vida de pobres?
Libértame pronto, camarada.
Que pase esta hora hundida de las tardes,
Y de tus brazos y de mi frente unidos
salga un amanecer de aliento: ¡Adelante!

(Frente Literario, número 2, 5 de febrero, 1934)

César M. Arconada

KARMELO IRIBARREN: 'la felicidad' y 'Ya entonces'

La felicidad


Te sientas en una terraza
a tomar algo.
A pocos metros de tí,
niños y niñas patinan, saltan
a la comba, se pelean...
Enciendes un cigarro,
fumas plácida-
mente. Al final llega
la cerveza: en su punto,
espumeante, fresca.

Cierras los ojos
y "esto es la felicidad",
dices.

Luego los abres
y ves a ese pobre viejo
hurgando en las papeleras.

Karmelo Iribarren (Guipuzcoa)

Ya entonces
¿Te acuerdas? Te daba
tu madre la paga
y salías disparado
a la tienda. Y una vez
con el botín en tu poder
-palotes, corazones,
regalices culebras...,
lo que diese de si el duro-,
te ibas a un banco
del parque, te sentabas,
y a vengarte del mundo.



Karmelo Iribarren (Donostia)

MAXIMILIANO HERNÁNDEZ MARCOS: Poética

Poética



Arranco de par en paz
Al pueblo,
Le quito la palabra.
Indescriptiblemente ¡fuego!
Se agolpa de pie
Sobre el asfalto
La masa de los sueños
Y apaga la inquietud,
Y los sonidos vuelven,
Dúctiles, cediendo
De piel
En
Pie,
De paz
en
par
al juego
consabido
de la reverberación.

Si dudas,
Escucha la curva
Del manubrio.
Es honda y redonda
Como el alma de un lirón.



Maximiliano Hernández Marcos
(Salamanca)

RAJEL BARNATAN: la entrega

La entrega



Kuando el Dio rompe su natura
Por kevrar yo la mia
Es ayi onde siento la entrega
Komo en dingún otro momento.
Siento la grandesa de Su presencia
Siento en mi Su mezma esencia
Siento ke la vida nunca da fin
Soltando kontinúa.
I en una dimesión leshana
I serkana al tiempo
Se desvelopan las demandas,
Se deshan fuera las duvdas
Se contemplan las alturas
Komo en la Tefilá
Kon el corazón roto.
Komo una súpita mirada del destino
Komo un nuevo avenir distinto
Komo un esfuenyo profondo
Komo el kamino rekto
Komo el djuisio djusto
Komo la flama del fuego
Komo el carinyo sinsero
Komo el abraso del ijo
La mano del marido
El paso del tiempo.
Kero en este único momento
Demandar al Dio
Un poko de sapiensa
I meténdome
En Su mezma esencia
Tomar presto inspiración
Para asertar
En la respuesta.



Rajel Barnartán

DAVID GONZÁLEZ: esquelas

esquelas

mi abuela
tenía la manía
de sentarse a leer
la esquelas del periódico
todos los días
después de fregar
los cacharros de la comida.
las repasa una y otra vez,
como si estuviera estudiando
para un examen,
y hay veces
que no puede evitar
que se le escape
un suspiro de alivio
al comprobar
que ni su nombre
ni sus apellidos
están escritos
en ninguna de ellas,
aunque luego
siempre diga:

llegar a esta edad
no se lo deseo
ni a mi peor enemigo



David González (Oviedo)

HOMENAJE A GARCÍA LUENGO. ADHESIONES

1. Aldecoa, Josefina - (Escritora y pedagoga, directora del Colegio Estilo , viuda del escritor Ignacio Aldecoa) - León
2. Amigo Zamorano, José María - (Director de la revista “Caminar Conociendo”) – Zamora
3. Arnedo Soriano, Elena.- (Escritora) - Madrid
4. Arnedo Sánchez, Juan José.- (Empresario).- Madrid
5. Ateneo Obrero de Gijón (Asturias)
6. Azcona, Rafael - (Escritor, guionista y director de cine, premio Goya) - Madrid
7. Baeza, Fernando (Editor, escritor, traductor, senador por el Partido Socialista en varias legislaturas, diplomático) - Madrid
8. Barrio Aznar, Dolores.- (Geóloga y economista, funcionaria del Ministerio de Hacienda) - Madrid
9. Blanco Chivite, Manuel (Editor, Presidente de Ediciones VOSA y escritor) – San Sebastián
10. Caballero Donoso, Ricardo. – (Alcalde de Puebla de Alcocer) Badajoz
11. Castro, Fernando Guillermo. – (abogado y crítico literario) Madrid
12. Celis, José Luis de.- (Editor, Director del Grupo Editorial Ambos Mundos).- Salamanca
13. Crémer, Victoriano.- (Poeta y periodista, Premio Nacional de Poesía, Premio de Las Letras de Castilla y León, Premio Boscán, Premio Ciudad de Palma de Teatro y Ciudad de Barcelona de Poesía...) – León
14. Cuenca, Luis Alberto. - (Secretario de Estado de Cultura) Madrid
15. Díez-Taboada, Mari Paz (Profesora de Literatura de la Universidad de San Pablo, escritora, poetisa, Premio Alcorcón de Poesía) - Orense
16. Escudero Ríos, Antonio José.- (Investigador, hebraista) - Badajoz
17. García Reyes, Sergio (Psiquiatra) - Madrid
18. García Yebra, Tomás.- (Escritor, periodista del Grupo Correo) - Madrid
19. García, Daniel.- (Veterinario) - Madrid
20. Gonper, Juan.- (Médico, escritor, Coordinador del Centro de Estudios de Arte y Literatura de Castilla y León “CELYA” ) .- Salamanca
21. González, David (poeta) - Asturias
22. Gonzálvez Ruiz, Octavio.- (Abogado de Oviedo).- Badajoz (Puebla de Alcocer)
23. Gonzálvez Ruiz, Ramón.- (Director del Archivo y Biblioteca Capitulares de la Catedral de Toledo).-Badajoz (Puebla de Alcocer)
24. Gutiérrez Zamorano, Miguel. – (Agricultor) Zamora
25. Hernández Sánchez, José Ángel.- (Profesor y poeta, miembro de la Tertulia Literaria “Mediona 15”) - Salamanca
26. Iguerabide Sarasola, Juan Cruz.- (Profesor de la Universidad del País Vasco, escritor, Premio EDEBE de cuento infantil y Premio Euskadi de las Letras) – Guipuzcoa
27. Larrabide, Aitor L. (Licenciado en filología Hispánica por la Universidad de Deusto y Doctor por la de León) . Bilbao
28. Limpo Piriz, Luis Alfonso.- (Director del Archivo Histórico Municipal y Biblioteca Pública “Manuel Pacheco” de Olivenza).- Badajoz
29. Miguel Moreno, Pilar de.- (Psiquiatra).- Madrid
30. Morante, José Luis.- (Poeta, premio Luis Cernuda, Coordinador de la revista “Prima Litera”) - Madrid
31. Muñoz Quirós, José María.- (Poeta, responsable del Área Cultural del Ayuntamiento de Ávila, Premio Ateneo de Salamanca, Premio Tiflos de la ONCE de poesía, Premio Gil de Biedma...) – Ávila
32. Muñoz Ramírez, Francisco (Consejero de Cultura de la Junta de Extremadura) Badajoz
33. Muro Castillo, Matilde.- (Fotógrafa).- Extremadura
34. Páez Balgañón, José María.- (Psiquiatra y escritor, Premio Ignacio Aldecoa de Cuentos...) - Madrid
35. Pascual, Luis.- (Presidente del Ateneo Obrero de Gijón) - Asturias
36. Pecellín Lancharro, Manuel (Escritor, Catedrático de Filosofía y miembro de la Asociación de Bibliófilos Extremeños).- Badajoz
37. Pérez González, Fernando T. (Director de la Editora Regional de Extremadura) Badajoz
38. Pérez Martín, Ovidio (Poeta).- Ávila
39. Peris-Mencheta y Ríos Mélida, Luis Enrique (Economista, Presidente de la agencia de prensa “Mencheta”) - Madrid
40. Rosado Martín, Félix.- (Periodista de “Estrella Digital” y escritor) - Ávila
41. Santonja Gómez, Gonzalo.- (Catedrático de Literatura de la Universidad Cumpletense, Premio Castilla y León de las Letras, Premio Teresa de Jesús de Poesía, Premio Nacional de Ensayo de 1995 y otros, miembro de la Academia de Poetas de Castilla y León) – Salamanca
42. Soguero, Francisco M. - (Licenciado en Literatura Española por las Universidades de Deusto y León; especialista en el escritor palentino César M. Arconada) Bilbao
43. Ricardo Caballero Donoso. Alcalde - Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento Puebla de Alcocer Badajoz
06630 Puebla de Alcocer (Bdajoz)

CRISTINA MUÑOZ POLONIO: (mar antiguo)

(mar antiguo)



¿Cómo se puede pintar el mar?
Sin agua. Sin miedo.
Con un pincel poético,
Inmaculado de ideas.
Libre. Sin enmarcar.
Risueño, sin despertar.
Con el viento en tu cintura
Y el sonido infinito de deseo.
Sin espuma. Sin recuerdos.
Amado y sin amante.
Con acuarelas de cielo retrocediendo
Y en evolución resaca del alma azul.
Con un adorable verde nublado.
Sin maldad, sin ironía, sin arrogancia.
Con una roca ingenua de dolor.
Hambriento corazón de acero.
Pinta el mar con tu mirada violácea,
El olor lo robaré a la vida,
A una cascada de insomnio,
A un atolondrado vendaval de amor y sueños.
Con apasionante claroscuro rosáceo,
Con flores prohibidas,

Néctares extraños,
Con marcas de Grecia.

Píntalo azul,
Sin agua.

Con dioses.



Cristina Muñoz Polonio (Valladolid)

HARKAITZ CANO: aeropuerto

Aeropuerto



Su nombre -Sondika- no es de mujer ni se improvisa.
El cementerio fue lo primero que vi desde la ventanilla.
Una ventanilla de avión en la que encajaba exactamente
una lápida, según calculé.
Rutina de escaleras metálicas y cementerio doliente.
Viajeros cansados parecían jugar al juego de la silla
con los ojos vendados
alrededor de la cinta transportadora.
Alguien acabaría por quedarse sin la suya.
Una de las afortunadas viajeras reposaba ya sentada sobre su maleta
secándose la frente aliviada, con un pañuelo blanco
(me rindo, se rinde, nos rendimos).
Los demás esperábamos en tensión
(no va a llegar, no va a llegar, la mía no va a llegar).
Apareció al fin.

Detector de metales. Intento ensayar un reencuentro.
Algún abrazo con marcha atrás, medido por ambas partes.
Zumbidos y altavoces. Debe haber un quirófano aquí cerca.

Una maleta demasiado pesada que arrastro o me arrastra.
Soy el mismo pero no soy el mismo.
¿Algo que declarar?
¡Que se mueran los feos! Creía que ustedes ya no preguntaban
esas cosas en las aduanas.

Pero ya que lo pregunta sí hay algo.

Siento dentro la trayectoria de un dolor giratorio.
La trayectoria es de ida y vuelta, y el dolor
es de ida, solamente.
¿Es grave la infracción, agente?

También llevo discos de bourbon y botellas de Billie Holliday
pero decido arriesgarme y me callo.
El desasosiego y el temblor asoman a borbotones.
Diagnóstico: Parkinson.
Menos mal que la pesada maleta sirve de coartada
al pulso arrítmico.
Mis dedos y mis muñecas se ahogan.

Busco una salida, aunque no sea la mía.


NO PUDO SALIR EN 'CAMINAR CONOCIENDO' PUES EL AYUNTAMIENTO DE LAS NAVAS DEL MARQUÉS DEL PP SE CARGÓ LA REVISTA

OVIDIO PÉREZ MARTÍN: El pavo real

Constatación
27/08/00

El pavo real
Desplegó la cola
De poeta oficial


Ovidio Pérez Martín

UBERTO STABILE: Los puentes de la memoria

Los puentes de la memoria

Ninguna lágrima resbalará
cuando cruces con paso firme
sobre los puentes de la memoria.
Bajo tus pies sentirás el río de la vida
y la piel convertida en mapa de un mundo
donde los detalles nunca fueron sagrados.
Escucharás la risa de los niños
tu respiración entrecortada,
el lamento de las gaviotas,
escucharás el agua devorando la orilla
incluso el silencio escucharás,
pero ninguna lágrima resbalará
cuando cruces con paso firme
sobre los puentes de la memoria.
Porque nunca el valor lo medimos con la fuerza
ni calculamos el peligro que nos acecha,
así el tiempo que hicimos posible
es el tiempo que nos hace libres.
Por ello, por todo ello
nunca nos diremos adiós
ni resbalará ninguna lágrima
cuando cruces con paso firme
sobre los puentes de la memoria.



Uberto Stabile (Málaga)

MICHEL GAZTAMBIDE: Homenaje a la Noche cerrada

Homenaje a la noche cerrada

Buenas Noches, noche cerrada.
Me he levantado de la cama.
mientras queden palabras,
sonríe como una sorda
bien educada.
Y acaríciame despacio
cuando el sueño se cumpla
como una costumbre.
Porque al fin y al cabo eres el cielo
con vestido negro.
sólo hablaré yo, noche cerrada:
el relente de mi pensamiento
que no se seca con mantas.
Tú hazme compañía
sólo hablaré yo, noche cerrada:
el relente de mi pensamiento
que no se seca con mantas.
Tú hazme compañía
para poder conversar.
Aunque esta noche
No es insomnio,
es puro agradecimiento.
Tú aún estás ahí
para darte la bienvenida



Michel Gaztambide (Donostia)

David González: NADIE CON ESE NOMBRE

nadie con ese nombre


este es mi hijo

le decías a las camareras
de los chigres en los que parabas.

este es mi hijo

le decías a tus amigos y conocidos,

este es mi hijo

y en algunas ocasiones añadías:

bueno, hijo mío no sé si lo es,
lo único que os puedo decir seguro
es que nació en casa

este es mi hijo

estabas orgulloso de mí,
ahora lo sé,
muy orgulloso,

pero nunca pronunciaste mi nombre de pila,

padre,

nunca lo pronunciaste,

me llamo david.
david gonzález.



David González (Asturias)
Poeta, director de la colección
de poesía y novela Zigurat

DAVID GONZÁLEZ: Perdón

perdón

esta mañana he visto a mi padre.

caminaba por la calle bajo una fuerte lluvia.

no llevaba paraguas.

el termómetro digital
de las jardines de la reina
marcaba 4 grados de temperatura.

¿he dicho que mi padre caminaba?

mi padre no caminaba.

cojeaba.

tiene molestias en una rodilla.
algo relacionado con la artritis
o con la artrosis,
o más grave:
los médicos no acaban de ponerse de acuerdo.

vi a mi padre
desde el coche,
desde su coche, para ser exactos,
porque el mío está en el taller.

estuve a punto de pasar de largo.

en realidad pasé de largo.

pero luego lo pensé mejor
y aparqué en doble fila, abrí
la puerta
y le llamé. subió.
nos dimos en beso en cada mejilla.

después le llevé a casa.

David González (Asturias)

UN NAUFRAGO: LUIS MATEO DÍEZ

UN NÁUFRAGO

No puedo recordar la primera mañana de la Plaza, aunque recuerdo el mes y el año de mi llegada: abril, setenta y cuatro.
Reconocer la misma luz de los abriles posteriores, inventar un recuerdo para darle certeza a aquella mañana, no debiera costarme mucho trabajo, pero no me apetece.
Hay un náufrago en el vacío de aquellos primeros días, de aquellas mañanas que inauguran mi vida en la Plaza, y es suficiente su memoria, porque él es más importante que el tiempo más o menos deteriorado de lo que podía ser una primavera en ciernes.
El náufrago se llamaba Ángel Rodal, tenía una edad indeterminada, lo que quiere decir que era dueño de ese tiempo de los náufragos que amontona la supervivencia sin escindir los días de las noches, lo que explica que los ojos y las barbas de los náufragos miren y crezcan sin horizonte ni medida.
Ángel había naufragado en la Plaza desde la distancia de una larguísima navegación, entre trenes nocturnos, autocares de rutas inhóspitas, y el compadreo misericordioso de algunos camioneros.
Como todo náufrago cabal, ya no tenía conciencia de su origen, de la confabulación de todos los viajes que auspiciaban su aventura o su lucha por la vida, sólo tenía conciencia de su naufragio, y el pálido recuerdo que orientaba una incierta emoción de lejanías geográficas y familiares, imposibles de dirimir.
Para Ángel Rodal el naufragio, la pérdida del destino y de las ganas de seguir navegando, tenía algo de ensueño que venía a culminar la conciencia de su propia perdición.
Llegó a la Plaza, en alguna de aquellas primeras mañanas de mi primer abril, y fue la primera persona que yo conocí en ella, a la vera de la estatua de don Felipe III.
“Una buena Plaza como esta, dijo cuando tomamos el primer café, es un seguro de vida en este mar impío donde estamos los que ya no tenemos nada”.
Ese seguro es el que, tantos años después, alienta mi sensación de que cuando más peligro corro en mi existencia es cuando no estoy en la Plaza, una sensación que poco a poco ha ido convirtiendo en vicio la necesidad de estar ella.
“Mírala, decía Ángel cuando salíamos a su centro, al pie de la estatua, y encendía el pitillo, amplia y acogedora, refugio y destino”.
Refugio y destino, fueron palabras que me resbalaron en aquel momento, pero más tarde comenzaron a obsesionarme. Para Ángel me parecieron tan misteriosas como acertadas, a fin de cuentas él mismo resultaba bastante misterioso. Yo no les encontraba sentido en mi vida pero, ya digo, no tardaron mucho en obsesionarme, dada la capacidad obsesiva de que siempre hice gala y que tanto preocupa a mi familia.
Parecía lógico que Ángel Rodal falleciera en la Plaza. No tardó en confesarme la enfermedad que padecía, algo que derivaba del pulmón averiado de sus tiempos de minero, aunque no era silicótico. Aquella idea de refugio y destino auspiciaba un final en sus tan queridos soportales. El caso es que no fue así. Lo hizo en el Albergue Municipal.
Heredé su condición de náufrago, porque recordarle es asumir sin remisión esa herencia y, aunque mi destino en la Plaza es laboral, no logro evitar el refugio. Cada mañana vengo con inquietud, en ella encuentro el sosiego necesario y, según va pasando el tiempo, más trabajo me cuesta dejarla para volver a casa.

Luis Mateo Díez
(Este texto pertenece al libro inédito “BALCÓN de PIEDRA”)

José Mª Amigo Zamorano: En una casa de putas

Cuando Ismael y Raul me invitaron a que escribiera algunas reseñas de libros para el fanzine que pensaban editar, pensé ¿qué libros reseño? Porque, vamos a ver, qué puede importarle a uno lo que otro lea... Yo creo que nada. O tal vez si, pero poco. Si acaso pueden interesar aquellos libros que ayuden a comprender la realidad del mundo que nos rodea. Pero lo que es interesarse, interesarse, por algún libro de poesía o de novela o de carpintería, es un decir, que uno haya podido leer, pues nada. Sin embargo, desde el otro punto de vista, de entender lo que pasa en el mundo, tal vez, porque a veces nos va la vida en ello. Y tal y como está el mundo la vida se juega en cada esquina y hay que saberse desenvolver.
Efectivamente, vemos, en la otrora rica Argentina, a los argentinos aporrear las puertas de los bancos para que les devuelvan sus dineros, no los del vecino, ahorrados con tanto duro trabajo. No querían los banqueros devolverlo. Vemos igualmente a unos ejércitos invadir un país, como se ha demostrado, sin mas ni mas, por el solo interés de la rapiña, de coger lo que no es suyo. Morir periodistas por el simple hecho de trabajar con una cámara con el único objetivo de informarnos. O aquí, mar cerca, en Madrid, anular una elecciones porque a dos diputados les dio por cambiar de chaqueta.
Pensando en esta dirección recordé el libro de Ezequiel Martínez Estrada, Radiografía de la Pampa; en este ensayo, magnífico por muchos puntos de vista, tiene un capítulo que trata del cuchillo “que va entre las carnes y la ropa interior; algo que pertenece al fuero privado” y que “sólo se exhibe en los momentos supremos como el insulto”. Cuchillos que han relucido en Argentina y en Irak. Cuchillos de muchas formas; de bala por ejemplo como la que mató a Couso, el camarógrafo. Por cierto que Pérez-Reverte, que antes de novelista fue periodista de guerra, escribió un librito, ya clásico, sobre este mismo asunto de los camarógrafos, cuando la guerra de Bosnia; Territorio comanche con un lenguaje agil, descarnado, desnudo de artificios, como la misma muerte.
Pérez-Reverte recordaba, hace poco, un estudio realizado por varias universidades europeas, entre ellas la de Málaga, en que atribuía al dinero negro el auge inmobiliario en la Costa del Sol; en ese mismo estudio se alertaba sobre el peligro de que grupos de mafiosos controlaran la política; y Pérez-Reverte lo mencionaba a propósito de lo ocurrido en la Asamblea de Madrid. Cosa que ya denunciara James M. Cain, el celebrado autor de “El cartero siempre llama dos veces, en su novela “Ligeramente escarlata”, allá por los 30. Y es que del imperio USA nos ha llegado lo peor y lo mejor.
Y en otro orden de cosas, ajeno (aunque no del todo) a la política merecería leerse “Autorretrato sin retoques”, un libro de Jesús Pardo, cuyo contenido nos pilla a los curiosos naveros un poco más a mano. Por el cruzan escritores que vinieron o siguen viniendo por Las Navas: como es el caso de Eusebio García Luengo, Camilo José Cela, José García Nieto...
Insólito libro de memorias en el que el escritor maneja la pluma como un cuchillo. Y da cuchilladas a diestro y siniestro. Sin ningún respeto. Allí no se salva nadie, ni el padre del escritor.
El libro comienza en Santander y termina en Madrid pasando por Londres donde estuvo de corresponsal. Y de Madrid el literario que estaba casi reducido en la posguerra al Café Gijón.
Ya para terminar habría que decir que la pluma de Pardo como el cuchillo argentino de Radiografía de la Pampa “cercena hasta la columna vertebral, que es la proeza en el arte del degüello”; así de García Nieto, muerto hace poco, y que le dieron el premio Cervantes, poco antes de fenecer, dice: “pesaron los versos// de José García Nieto// treinta kilos, peso bruto// cuatro gramos, peso neto.” De don Eusebio García Luengo, mi amigo y abuelo de Dani, dice que era “vago mandibular” y que aunque estaba separado de su mujer la actriz Amparo Reyes iba de vez en cuando a “echarle barrocos polvos”. De Cela dice que ra un “pesetero y snow como el solo”, añadiendo que Blanco Tobío lo había definido como un “Jaimito con ínfulas de Hemingway”.
Y para subrayar que Cela aparentaba ser otra cosa, escribe el diálogo que una vez tuvo con él en una casa de putas:

Cela.-¿Pero que haces tú aquí, Jesusín, yo te hacía maricón?

Pardo.-No, no lo soy, pero no lo digas por ahí.

Cela.-Vaya, te vas pareciendo a mi.

domingo, 7 de enero de 2007

José Mª Amigo Zamorano: LOS MENSAJES DEL ROCÍO

Un texto contra el racismo
*
SAWADOGO 31

Por José Mª Amigo Zamorano (*)

(Homenaje a Rabearivelo con versos de Sedar Senghor y Lope de Vega)

Desde que supe, por los pastores de esta colina frente al mar, eso de que las conchas aman los mensajes del rocío, no he hecho mas que acercarlas al oído.
Hoy he escuchado, sobre todo, de entre los mensajes, uno: el del camarada y amigo que yo creía olvidado para siempre. Del amigo y camarada que, desde lejos, temblando de nostalgia, me contempla.
El rocío, como todo el mundo sabe, son los mensajes de los camaradas y amigos que, horadando el olvido oxxidado, desde lejos nos envían.
Se deposita por la noche; por la noche, cuando el recuerdo tiene más fulgor que el diamante.
Por eso brilla tanto el rocío de la mañana.
Y con el mensaje del camarada llego a casa. Y nada más entrar preparo su llegada. No puede tardar.
Y grito, grito porque la alegría me desborda:

--¡Que pongan escabeles o escaños de honor para los huéspedes!

(Miento porque sólo espero a uno)

--¡Y almohadillas de holganza y sombra!

(Miento también porque, nada mas llegar, vamos a trabajar, y duro, al sol de los recuerdos)

--¡Que se llenen, hasta rebosar, todas las jarras de vino!

(Eso si, aunque no fuera necesario: entre ambos tenemos toda una bodega de alegría)

--Mientras tanto, quiero palmas -¡oh, si, palmas sin parar- para que la tristeza no me venza.



--¡Que batan los tam-tam! ¡Que compitan con los mensajes del rocío!



--Y cuando llegue, llamad a los ilustrados madrugadores de la colina; esos que me hablaron de los mensajes del rocío en la morada de las conchas; quiero compartir con ellos la alegría del regreso.

(*) José Mª Amigo Zamorano es director de la revista 'Caminar Conociendo'.

TEXTO APARECIDO EN EL Nº 8, PÁGINA 51 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO'

sábado, 6 de enero de 2007

Luis Albeto de Cuenca: En el bar


por Luis Alberto de Cuenca (*)
(Secretario de Estado de Cultura en el gobierno Aznar)

En el bar
--Ponme dos vhiskies dobles. Y deprisa.
---Esa no es forma de beber, amigo. Tú no eres de esos tipos.
--¿Quién soy yo?
---Tú eres un caballero.
(Y lo decía en serio)
--Te equivocas. Yo soy un sinvergüenza.
---Un sinvergüenza es alguien que no sabe que lo es.
Si un tipo sabe que es un sinvergüenza, deja de serlo.
(Y puso los dos vhiskies dobles sobre la barra.)
--Tú si que eres un caballero, amigo mío.
¡A tú salud!

Luis Alberto de Cuenca

PAGINA 16 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO'

Rabearivelo: Habrá un Día un Joven Poeta


por Jean-Joseph Rabearivelo (*)


Habrá un día un joven poeta
que llevará a cabo tu anhelo irrealizable
por haber conocido tus libros
extraños como flores subterráneas,
tus libros escritos para cien camaradas,
no para uno solo, ni tampoco para mil.

En la umbrosa ensenada donde te leerá de nuevo,
con la única claridad de su corazón, volverá a latir de nuevo el tuyo,
él no te creerá
en los tranquilos maretazos de los que se llenarán siempre los abismos tenebrosos,
ni en la arena, ni en la tierra rojiza,
ni bajo los peñascos devorados porr líquines
y que tras él se extenderán
hasta la región de los supervivientes,
alucinados e indiferentes desde el Génesis.

Él alzará la cabeza
pensando que es allí, en el azur,
entre las estrellas y los vientos,
donde habrá sido erigida su tumba.

(*) Jean-Joseph Rabearivelo fue un poeta que nació y murió en Madagascar.
(de "Traduit de la nuit", Tunez, 1935)

(APARECIDO EN LA PÁGINA 10 DEL Nº 8 DE LA REVISTA DE LA JUNTA DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE LAS NAVAS DEL MARQUÉS (ÁVILA) REVISTA ROTULADA 'Caminar Conociendo')
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(*)Jean-Joseph Rabearivelo (1901-1937) écrivain et poète malgache d'expression française, siucidé à 36 ans.

Luis Alberto de Cuenca: En el supermercado


por Luis Alberto de Cuenca (*)

En el supermercado

Cualquier lugar es bueno para el odio,

hasta el supermercado. "¿Por qué compras

esto en lugar de aquello? ¿Estás de oferta

o qué: crees que estoy sordo y que no oigo

las cosas que te dice el pescadero?

Me aburro. No te aguanto. No te olvides

de la botella de ginebra. ¡Ah, no,

déjate de comida preparada!

Aprende a cocinar como mi madre."

"Cuando tu aprendas a comerme el coño."

Luis Alberto de Cuenca, poeta, ex-director de la Biblioteca Nacional, colaborador de la revista 'Caminar Conociendo', en Secretario de Estado de Cultura*

*Lo fue con el Gobierno de José Mª Aznar

POEMA APARECIDO EN EL Nº 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO EN LA PÁGINA 16