viernes, 27 de abril de 2007

Iswe Letu: Gure 1 y 2



Gure 1

Yo, tú,
nosotros,
nosotras
y vosotros
o vosotras,
somos
la misma
persona,
contándonos
la misma pena,
inútilmente,
como contamos
las estrellas.

Gure 2

Sin embargo,
torcemos
los versos
a la esperanza.

Es, dicen,
lo último
que se pierde
antes
de la muerte.

Después,
no se pierde
nada.

jueves, 26 de abril de 2007

Rabearivelo: Floresta

ALTA FORESTA

No vengo a saquear los frutos
que tú en tus cimas imposibles brindas
al pueblo de los astros, la tribu de los vientos;
menos a arrancar tus flores, que nunca he visto,
por vestir o esconder acaso, vergüenza que ignoro alguna,
yo, hijo de las áridas colinas.

Pero me he acordado de pronto en mi último sueño
que estaba amarrada todavía con lianas de noche
la vieja piragua de las fábulas
que cada día mi infancia transportaba
de orillas nocturnas a orillas del alba,
del cabo de la luna al promontorio del día.

Remándola vengo, aquí a tu centro, vegetal montaña.
A interrogar he venido tu silencio absoluto,
por saber el lugar donde brotan los vientos
antes de abrir las alas, después manchadas,
manchadas por la hebra inmensa del desierto
y las trampas de villas habitadas.

¿Qué oigo yo, qué veo, oh alta foresta?
Sonidos perdidos que confluyen y se pierden de nuevo
como ríos subterráneos
cruzados por enormes aves ciegas
que se lleva la corriente apresurada
a enterrarlas en el cieno.

Es tu respirar, tu respirar profundo
y ya penoso como aquel del viejo
que remonta la cuesta del recuerdo
mientras baja la pendiente de sus días por cesar.
Tu respirar, y el de las aves incontables,
y el de las ramas pacidas por todo un mundo de apocalipsis.

Mas ¿qué puedo ver yo en tu noche sin color,
en tu noche más eterna que la muerte de los probos
y la vida de los míseros,
oh caverna de follaje con un extremo acaso al borde de los mares
y otro en el abismo del horizonte,
oh tú, semejante a un arco iris entre dos continentes?

No veré sino el sol que se debate—jabalí alanceado en los bosques del azur—,
jabalí de luz atrapado en las redes poderosas
que tú tiendes entre los frutos maduros y las flores perdurables,
allá arriba, allá abajo, en el límite extremo
donde el genio de la tierra y la fuerza del árbol pueden reencontrarse.
Más tarde, sin embargo, cuando días incontables
cual tus hojas sucesivas hayan caído ya en la eternidad
y las séptuples noches tupido siete veces —más— la noche de los tiempos,
mientras pueda recoger en flor amaneceres
en la copa del tallo cercenado de ocasos,
guardaré el recuerdo siempre de tu silencio y claridad extraños.

Serán como guijarros arrojados a la arena
que un viejo marinero recupera
y se lleva a casa, y allí los pone junto a la concha
de una prao en miniatura
comprada en isla lejana que sólo el sueño habita,
mas con cabañas orillando el mar.

Serán más bien bolas de ébano,
de madera de rosa u otra esencia preciosa
que pondré sobre mi mesa
donde tu recuerdo las esculpa paciente
para hacer fetiches con ojos de vidrio,
fetiches silenciosos en medio de mis libros.

(Extraído del blog 'Africa _ log. Blog de literatura africana')
Ya teníamos otra traducción del mismo poema

Rabearivelo: Las tres aves


De hierro el ave, la de acero

habiendo lacerado las nubes de la aurora

y ansiado estrellas

más allá del día

desciende arrepentida

a artificial guarida.

De carne el ave, la de plumas,

que labra un túnel en el viento

por llegar hasta la luna vista en sueño

entre espesuras,

cae, cuando cae la tarde,

a laberinto de follaje.

Y esa otra inmaterial, ésa,

que al guardián del cráneo hechiza

con su canto balbuciente,

alas resonantes abre luego

y por hacerse eterna nuevamente

a pacificar va los espacios.


(Tomado del blog 'Africa _ log. Blog de literatura africana')

Rabearivelo: Cebú

CEBÚ

Cupular cual las urbes de Imerina
ostensibles allá en las colinas
o talladas a piel de roca;
con giba igual a los hastiales
que esculpe sobre el suelo la luna,
ved al toro potente y púrpura
del color de su sangre.

Ha bebido en los bordes de los ríos,
pacido de los cáctus y las lilas;
vedlo ahí yacer frente a la yuca
ahíto aún del perfume de la tierra,
y delante de las pajas arroceras
que a sol y a sombra hieden violentas.

La tarde lo ha cavado todo
y ya no queda horizonte.
El toro ve un desierto que se extiende
hasta fronteras de la noche.
Son sus cuernos un creciente
que asciende.

Desierto, desierto,
desierto frente al toro potente
extraviado con la tarde
en el reino del silencio,
¿qué evocas tú en tu duermevela?
¿Esos otros sin corcova
que son rojos como el polvo
que su tránsito eleva,
dueños de despobladas tierras?
¿O sus ancestros, que cebaban los labriegos
y llevaban a las villas con jaeces frutales,
en holocausto para el Rey?

Brinca, muge,
él, que morirá sin gloria,
luego dormita de nuevo, aguarda,
siendo del paisaje la joroba.

(Traducción tomada del blog 'Africa_log. Blog de literatura africana')

miércoles, 25 de abril de 2007

Iswe Letu: Te aguija

Kafka
¡Corre, adelanta,
que el tiempo
ni te aguarda,
ni te espera!

Una desazón te aguija,
te acañaverea.
¡Corre,
que té quedas
sin tiempo
con tu aflicción menuda
a cuestas!

Y Él te alcanza,
te aventaja,
te abandona
y desampara.
Te deja,
despiadado,
en la soledad más sola,
donde no hay
ni viento ni veredas.

¡Corre, trota,
que el tiempo
no te espera!

Y te aguija
y te acañaverea.

martes, 24 de abril de 2007

Alberti: Pradoluengo

Los gallos. Ya cantan.
¡Vamos! La alborada

Aguas de río,
que no de mar,
aún tenemos que pasar.

Ya cantan los gallos.
La alborada. ¡Vaamos!

Rafael Alberti

lunes, 23 de abril de 2007

Rosalía de Castro: Follas Novas


'...

que al contemplar, en las alboradas frescas

del mes de mayo, las sonrosadas luces

que alegres siempre a visitarle vienen

no diga: "¡Así cuando yo muera, pudiera

dormir en paz en este jardín florido

cerca del mar... del cementerio lejos!..."

¡Que tu no escuchas jamás! ¡Oh, Moore!

lloros amargos, quejumbrosos rezos..."


Rosalía de Castro

(En la tumba del general inglés sir John Moore)

viernes, 20 de abril de 2007

Jon Andoni Goikoetxea: Poema de título secreto

Poema de título secreto

de Jon Andoni Goikoetxea


El hombre en la barrriga del dragón
pegando puñetazos contra el ácido clorídrico.
El hombre retorciéndose con dolor de inteligencia
porque los microbios ordenan la parálisis.
Al hombre se le prohibe serlo.
Al hombre le arrastran con violencia.


Se quiere matarle antes que sea.
Se quiere atornillarle a uans placas de tungsteno.
Se le quiere maltratar el aliento.
Se le quiere corromper el ideal.

Se le ordena bailar con la muerte
por capricho de una noche de vino.
Se le ordena patinar sobre el infierno
como exponente de ideal de alucinado.


Contempla cómo mueven las manos con amistad de garra,
cómo llevan las malicias más allá de donde llega,
cómo corren las persianas para no ver,
cómo quieren cambiar de la noche a la mañana
todas las puertas de todas las casas de todas las ciudades.


Se trata de la noche en el espacio concentrada.
Se trata de la sábana ennegrecida por el uso.
Se trata de la piedad cínicamente expuesta.
Se trata de la escopeta persiguiendo al gorrión.

Las nubes puestas en la mano de la fiera
escupen a 100 grador para pintar pieles de cangrejo.
Las narices echan sangre
esperando disminuir una tensión innecesaria.
Las tardes vierten su interés al pasado y al futuro.
La infraselva debiera sucumbir.
Pero sigue caminando
mientras se anhela su mortal choque contra el muro de la paz.

Jon Andoni Goikoetxea

jueves, 19 de abril de 2007

PAZ DÍEZ-TABOADA: 'Invitación al Viaje'

Invitación al Viaje
por Paz Díaz-Taboada
Tal y como están las cosas a primeros meses del nuevo siglo, parece que lo mejor y casi lo único sensato que se puede hacer es emprender un viaje. Pero, en vista de lo ppeligroso del tránsito en la carretera y del alterado ánimo de los pilotos, mejor será irse en épico barco o en el romántico tren que en los modernos coche o avión. Y aunque, de una forma u otra, tampoco es muy probable que regresemos en condiciones óptimas, siempre nos quedará el consuelo de decir '¡que nos quiten los bailado¡'.


De viaje. Hay que irse de viaje, y el literario es el mejor y el menos arriesgado, si, como debemos hacer por salud mental y lingüística, sólo nos proponemos leer obras de calidad garantizada, dejando de lado amañados premios e interesada propaganda editorial y/o periodística. Pues, en cualquiera de sus manifestaciones, y tanto para quien la escribe como para quien se apresta a la deliciosa aventura de leer, en literatura todo es viaje.


En primer lugar, porque quizá sea el viaje uno de los más antiguos y potentes símbolos literarios; y, desde luego, de viajes y de viajeros está cruzada y poblada toda la literatura: el del hitita Gilgamesh en busca de la inmortalidad, el del hindú Rama a recuperar a su esposa Sita de las garras del demonio Ravana; el de Orfeo al Hades -el inferus o casa de los muertos- también en busca de su esposa Eurídice; el de Ulises de regreso a Ítaca, en donde le esperan su fiel Penélope y su hijo Telémaco, o el del hebreo Moisés, guía de su pueblo en la larga travesía del desierto, para poder llegar algún día a Canaán, la tierra prometida... Y Ruiz Díaz, el castellano desterrado, batallando por adustas tierras y en busca de su honra, o el manchego Caballero de la Triste Figura en busca de felones y malandrines con los que medir su lanza y su ideal, hasta ser derrotado en Barcelona...


Fueron los románticos los que nos enseñaron a escapar; pues ellos, que inventaron el viaje de placer y el turismo, devanaron toda la madeja de su literatura en los más variados hilos viajeros: viaje a tierras exóticas o a las más recónditas del propio país, a donde se mantengan incólumes las viejas tradiciones y las castizas costumbres; viaje al pasado histórico o legendario, o al misterioso futuro inexplicable; viaje al interior de uno mismo, al mundo de sueños y en sueños, o al misterio de la tumba y de la muerte, al Más Allá... Viajes, viajes, viajes...


La invitación al viaje es un viejo tema literario que, claro está, tomó nuevo auge en el romantiscismo y que el simbolismo y escuelas posteriores heredaron. La puesta en boga se debió a Johan Wolfgang Goethe, que, en su novela Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1795), incluyó una balada que, desgajada de la obra, pronto fue traducida al francés y popularizada como 'La chanson de Mignon':





'-¿conoces el país do medra el limonero


y doradas naranjas bajo la parra brillan?


Del cielo azul un leve céfiro se desprende;


plácido el arrayán y altivo el laurel vibran.


¿Conoces el país?, dime. 'Oh, si, allá


contigo, amado mío, quisiera yo volar...





A esta balada aludió el poeta francés Théophile Gautier en Albertus ou l'âme et le peché, légende théologique (1833), poema lúgubre en el que, dirigiéndose a un 'pintor poeta', trata de hacerle olvidar





'ese país encantado del que la Mignon de Goethe,


estremecida, se acuerda, y le habla a su Wilhelm;


ese país del sol en donde los limones maduran,


en donde nuevos jazmines continuamente se expanden...;





así que, como dice explícitamente, es necesario trocar 'Nápoles por Amsterdam...'.


Tanto en 'L'invitation au voyage', poema LIII de Les fleurs du mal (1857), dedicado quizá a su amante Marie Dubran -aunque la más célebre fue la mulata Jeanne Duval-, como en el XVIII y homónimo de los Petits poëmes en prose (1857-1967), Baudelaire siguió fielmente el consejo que su admirado Gautier le daba al 'pintor y poeta'; y olvidó las soleadas tierras sureñas del limonero y del naranjo por las nórdicas y brumosas flamencas. Como el mismo dijo en el prólogo de esta obra, dirigido a su amigo el editor Arsène Houssaye, la idea de componerle le asaltó hojeando Gaspar de la Nuit (1842) de Aloysius Bertrand, desconocido entonces y hoy olvidado, del que yo traté en el número 7 de 'Caminar Conociendo' recordándolo como el creador absoluto del 'poema en prosa'; y alguno de ellos son estampas flamencas que, en su ambiente interior, de ardenada domesticidad burguesa, o en los paisajes, como vistos desde una ventana, evocan las viejas 'tablas'.


Así, aunque apenas nada de ambas obras baudelarianas guarda semenjanza con la del malogrado borgañón, sin embargo, en país al que Baudelaire invitaba a su amada no es ya uno de los ribereños del Mediterráneo, con los que soñaba la Mignon goethiana, sino la nórdica y opulenta Holanda de 'soles mojados' y 'cielos brumosos', en cuyos canales se balancean navíos que vienen del confín del mundo con sus ricas mercaderías, en donde el sol poniente reviste ciudad, campo y agua con las tonalidades del oro y el jacinto, y en cuyas estancias de adornados techos, antiguos y lustrosos muebles, flores exóticas de sensuales aromas y profundos espejos, crean un ambiente en que





'todo es orden, beldad


lujo, calma y voluptuosidad'.





Como a su amada Marie, también a nosotros nos invita el poeta a viajar a este 'pays de Cocagne' -tierra fabulosa-, que puede ser considerado como 'el Oriente de Occidente, la China de Europa', porque en él -dice- 'la felicidad está unida al silencio'. A esta tierra, que no es la Holanda de los mapas, la poéticamente trascendida en donde Baudelaire encontró sus simbólicos 'tulipán negro y dalia azul'..., a este país, a este ámbito merece la pena acompañar en su viaje al primer gran simbolista, en estos tiempos de angustiosa ansiedad y vacua precipitación, porque allí 'las horas, más lentas, contienen más pensamientos' y 'los relojes tocan a dicha con una profunda y significativa solemnidad'.





Paz Díez-Taboada, profesora y poetisa





DE LAS PÁGINAS 6-7 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8 DE JULIO DEL AÑO 2.000





PÁGINAS ILUSTRADAS CON UN CUADRO DEL PINTOR IRANI HOSSEIN MAHJOUBI





Aquí la ilustraremos con unos caballos al galope, pues en el cuadro del pintor Hossein Mahjoubi aparecen caballos en galopada en un paisaje paradisíaco

miércoles, 18 de abril de 2007

Chester Himes: 'Un Ciego con una Pistola'

Chester Himes




'... y por último pensé que toda violencia desorganizada
es como un ciego con una pistola'



Chester Himes

PAZ DÍEZ-TABOADA: 'Invitación al Viaje'


Invitación al Viaje


de Paz Díaz-Taboada


Acompáñame, ven. Por el camino
encontraremos perros y cristales,
semáforos en rojo y, cerradas, las verjas
sobre jardines secos, en que la arena ahoga
los linderos bordados de flores humilladas.


Pero no importa. Ven. Encontraremos
rostros adustos, dientes como garras,
violentos gestos y feroces gritos...
Con manotazos bruscos tratarán de alcanzarnos.
Siempre juntos, tú y yo seguiremos la ruta,
sonrosada y alegre, que no marcan los mapas
sobre el gris del asfalto. A cada instante
nos propondrá el deseo de un alto vuelo.


Acompáñame, ven. Te invito a un largo viaje
contra el viento, sin coche ni maletas.
Dejaremos atrás placeres preceptivos
y a tanto triunfador con las cartas marcadas.
Buscaremosun norte. Buscaremos un alto
bosque frondoso y el rumor del mar.


Cercana ya la hora del silencio,
buscaremos el sol cuando derrama
y el ámbar de la luz sobre rocas y espumas.
Y alegre, brindaremos, con la mirada absorta
ante la inmensidad del mar y del olvido.


Paz Díez-Taboada es profesora y poeta. Su último libro, en colaboración con Miguel Díez, es La memoria de los cuentos'.


DE LA PÁGINA 7 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' NÚMERO 8 DE JULIO DEL 2.000

Estaf del nº. 8 de 'Caminar Conociendo'

Dirección y coordinación:

José María Amigo Zamorano


Redacción y maquetación:

José Mª Amigo

Roberto Campo

Carmen Tapia

Carlos Segovia

Puri Santamaría

Manuel Esteban

Félix Rosado

María Mateos

Luis Peris-Mencheta

Manolo Calvo


Portada y contraportada:

Manolo Calvo


Ilustración y fotografía:

María Mateos

Raquel Bouillón

Manolo Calvo

Calvo Moura

Gustavo Barbero


Patrocinan, colaboran o ayudan:

Ayuntamiento de Las Navas del Marqués

Colegio Público Vicente Aleixandre

Comisiones Obreras (CC. OO.)

D. Rafael J. Peña Manjón (Farmacéutico)

Vitalicio (seguros)

Cosas (moda y complemento)

Cafetería Europa

Churrería Las Navas

Jardin's Cafetería

Relojería Magema

Sastrería-Camisería José Mª Martín

La Tienda

Librería Azañedo

Librería Martín

Librería Ópalo (Ávila)

Librería Senén (Ávila)


Tirada:

1.500 ejemplares


Edita:

Junta de la Biblioteca

C/Francisco Segovia, 3

05230 Las Navas del Marqués (Ávila)

Teléf: 91. 897. 13. 36

Fax: 91. 897. 21. 20


DL: AV-176-94


La Junta de la Biblioteca, entidad editora de la revista, no se hace responsable de las opiniones vertidas en los artículos u otros escritos que aparecen en la revista por por parte de los autores, respeta la Libertad de Opinión y Expresión, sin más consideraciones.


DE LA PÁGINA 2 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8 DE JULIO DEL 2.000


EN CADA PÁGINA DE ESTE NÚMERO, ILUSTRÁNDOLA, UN CUADRO DE UN PINTOR IRANÍ; ASÍ ESTÁN LOS SIGUIENTES: HOSSEIN MAHJOUBI, FAROK SHAHI, ABOLHASSAM KEYVAN, SEYYED JAMAL AL-DIN PIRKHEDRI, MORVARID ZARGAR, MODJGAN SHAJARIAN, FARIBA DASHTARAY, A'ZAM MADANI, MODGAN KHOSH-SOURAT MOZAFARI, MARYAM RA'IS ROHANI, FATEMEH ZARIZ, MERSEDEH SEDADI, SOUDABEH BAHARLOU Y MOHAMMAD-ALI TARAGHI-JAH

José María Amigo Zamorano: A Modo de Frontispicio



Verano, época de llevadas
A la memoria de Arsenio López, director de la revista 'Vela Mayor' de Anaya Educación, y colaborador de 'Caminar Conociendo'; muerto hace poco más de un año y que estaría preocupado por el hecho que comentamos

Viene el verano. Época de llevadas: las familias, vacaciones, los estudiantes, notas. Y con las notas comentarios. La palma se la llevan los que más suspenden. Hay profesores que aprueban a 4 de 40...

¿No habrá, ¡por Belcebú!, más de 4 justos en el reino estudiantil?...

Lo de la enseñanza activa, verían en esto una prueba del escolasticismo en la enseñanza; dirían que la vida no ha entrado aún en las aulas; que todo está congelado, ajeno al bullicioso correr de la vida...

Rodríguez Calderón y García Sestafe, autores de un libro de texto, 'Matemáticas participativas', -recomendado o exigido en el centro donde se hizo tal escabechina de alumnos- dice: 'No podemos cerrar los ojos ante el parnorama de los alumnos que nos llegan a las enseñanzas medias; la mayoría puede tener ciertos conocimientos, pero también la mayoría arrastra unas deficiencias...'; constatando que estas son, además, lingüísticas, concluyendo que: 'los dos componentes de toda clase, profesor y alumno, deben participar activamente, siempre de forma conjunta y organizada, para salvar esas deficiencias".

A los alumnos esa manera de 'salvar las deficiencias' 'de forma conjunta' le parecía excelente... si bien, constataban, que en su centro, dijeran lo que dijesen esos autores, no se hacía nada de eso...

Ante este hecho, surge de inmediato la siguiente pregunta: ¿qué es lo que lleva al profesorado, recomendando un libro tan sensato (creemos), como el citado más arriba, y después, al modo de las almejas, cerrarse en valvas suspendiendo a 36 de 40?...

Algunas respuestas nos vienen -sin agotar ni dar por cerrado el catálogo de las mismas- a saber: a) de raíz matemática; b) de orden estético; c) de carácter ecológico.

Analicémoslas:

a) De raíz matemática.

Partimos de que x - x1 = 0

Si a x, la sustituimos por su valor: impulso inicial; a la x1 la sustituimos por el suyo: impulso final; de modo que x - x1 = 0.

La fórmula tiene validez universal; puede aplicarse -siempre desde el punto de vista estudiantil-al caso de los de los 36 suspensos de la siguiente manera: si a una inclinación tendente a abarcar el mundo de las matemáticas (estudiantes) se le contrarresta con un lenguaje críptico (profesorado) de igual ángula de onclinación el resultado es nulo: movimiento de apertura - retroceso = encierro en valvas (retractil movimiento que se ha tomado de la observación de algunos mamíferos, pero puede observarse en otro animales no mamíferos). Unas ciencias se influyen en otras etc., etc., etc.

b) De orden estético

Matemática rima con Estética, pero... su versatilidad es grande: la raíz cuadrada es una longitud, la multiplicación una suma etc., etc., etc. (estos ecéteras indican los casos en que una operación puede disfrazarse de otra y queda muy aparente cuando no se saben más ejemplos); la suma de sumandos iguales (aritmética) puede crear figuras geométricas con una serie de números iguales como soldados desfilando een formación (arte militar)... sería distorsionada con una simple operación; ejem: número 40 (40 alumnos colocados en fila de 10 'diez' en 10 'diez') se le robaría su geometricidad poligonal cuadrilátera aplicándole una operación denominada sustracción (resta para los amigos): si le choriceamos a 40, un 1 o un 2 o un 3 (alumnos), su cuadrilateralidad quedaría hecha un adefesio; empero su entidad poligonal de cuatro lados volvería por sus fueros (un poco mermados, es cierto) si le restáramos el 4...

En fin... lo dicho: 'matemática rima con estética'.

c) De carácter ecológico

Conscientes algunos profesores de que el campo acstellano está quedándose vacío, desértico... sin labradores en suma... y comprometidos (como están) con su tiempo, contribuyen con su barricada inexpugnable a impedir la fuga de cerebros del campo.

'Tú -le dicen al estudiante- al pueblo; y no te muevas de allí; a conservar las esencias castellanas'

Queda guardado así el equilibrio ecológico; de la otra forma se produciría un gran impacto medio-ambiental; es decir le darían al campo, 'una h... tan fenomenal' que saldría por los aires volando como antaño el coche del Almirante, con lo cual entraríamos en la historia y... ¡ya sería la leche!

La complejidad del tema, al que se quería encerrar en simples cajones, vuela ahora libre de ataduras, como el coche del ilustre marino. El número 40 tiene su busilis y, como el hombre inventor, se ha rodeado de una erizada serie de defensas.

En fin: todo se puede explicar o justificar. Hasta lo más monstruoso. Felices vacaciones de verano y que disfruten con la lectura de la revista que, por otra parte, no trata nada de esto sino de Artes y de Letras.

José Mª Amigo Zamorano
Director de 'Caminar Conociendo'

DE LA PÁGINA 3 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8 DE JULIO DE 2.000

martes, 17 de abril de 2007

OVIDIO PÉREZ MARTÍN: 'Huellas en la arena: poesía y poetas'


Huellas en la arena: poesía y poetas

Por Ovidio Pérez Martín


No tengo ninguna veneración por la poesía, ni por los poetas, sí un gran respeto por ser la poesía un producto que brota en lo más digno del ser humano. Este hecho, y sólo él, me produce profundo respeto porque me parece que una de las tareas más esclarecedoras para conocer al hombre y un inmejorable método de descubrimiento del mundo y de quien lo habita.
Y digo esto porque, al hablar con la mayoría de las personas sobre poetas y poesía, lo primero que hacen es esforzarse en extirpar del hombre al poeta, como si el poeta fuese un quiste extraño incrustado en algunas personas. Ocurre a diario. Para la mayoría de los hombres, el poeta es un ente que está más allá del hombre. Y la poesía es un producto más allá de lo humano, una especie de entelequia.
Con este extrañamiento, esta expulsión de la poesía y del poeta más allá de las fronteras humanas –sacudirse el poeta que todos somos, parece una afirmación de hombría o de mujerío, y no es otra cosa que un cercenamiento de de la parte más incardinada en la propia humanidad-, la mayoría de las personas quieren escamotearse a si mismos. Es decir, se dan miedo ellos mismos y ese miedo les infunde miedo de los demás. Nunca el miedo es buen consejero.
A esta concepción del poeta y de la poesía como entelequia, o como cosa situada más allá del hombre y quizás de su naturaleza, como ente que habita en el confín de lo sobrenatural, han contribuido mucho ciertos poetas que se ven así mismos levitando, fuera del mundo y sus miserias. Esa es la miseria que padecen.
Para mi el poeta y su producto el poema son esencialmente humanos, y nada humano le es ajeno. Desde este nivel de hombre y obra humana el poeta y la poesía se ponen a la distancia precisa para tratar con él y con ella como es debido. Desde esta dimensión humana, el objetivo del poeta y de la poesía, entre otra infinidad de cosas, es rastrear y traer testimonio de esa zona del mundo que está más allá de lo conocido por la ciencia. Es decir, acarrea material, testimonios, de una parte misteriosa aún, no explicada todavía por la ciencia. De aquí que resulte dificilísimo explicarlo. Por ello el lenguaje poético es tantas veces, como diría San Juan de la Cruz, ‘un no sé que queda balbuciendo’. Supremo ejemplo del ‘balbuceo’ es César Vallejo. La palabra poética está en él preñada de significados y su presión rompe a veces la estructura de la frase. Pero ¡qué poesía tan verdadera! Muchas veces el poema no puede ser claro. Solo es posible vislumbrar. Cuando el lenguaje oscuro es verdaderamente poético no es rebuscado, es el único lenguaje preciso.
La tarea del poeta es solo comparable a la de los antiguos navegantes que ponían su barco rumbo a lo desconocido, y, una vez recorrido ese continente virgen, el regreso al lenguaje, a lo convencional, hay que adivinarlo en los signos que el azar nos va enviando. No hay posibilidad de ser claro, sería una traición a la verdad, solo hay posibilidad de balbuceo. La claridad está, precisamente, en esa misteriosa evocación.
Esto último lo ilustra el poema Niños del parque de Manuel Machado que copio a continuación:


Esto es sumamente serio
Y encierra un misterio grave.
La fuente tiene un misterio:
Dice… lo que el niño sabe.
Porque él lo sabe; y, atento
A la parlera corriente,
Tiene lleno el pensamiento
Del discurso de la fuente.
Pero tú no entenderías
La voz demasiado oída.
Eso no se entiende más
Que al principio de la vida.


Esa razón tan clara de la fuente –del arroyo, del río, de la fuente- que solo puede balbucirse… Solo en su voz puede entenderse. Decía Juan Ramón Jiménez: ‘Río mío de mi huir, salido son de mis venas’ y también: -‘¡oh mar, amor!’-. Balbuceos.
Recuerdo las páginas del Diario de Colón, en los días anteriores al 12 de octubre. Son páginas que recogen los signos, insignificantes las más de las veces, que escriben en el agua o en el aire la inminencia de algo absolutamente nuevo que va a surgir de un momento a otro.


‘Lunes, 8 de octubre. Los aires muy dulces, como en abril en Sevilla, que es placer estar a ellos, tan olorosos como son. Pareció la hierba muy fresca; muchos pajaritos (de campo, y tomaron uno), que iban huyendo al sudeste, grajos y ánades y un alcatraz.
Martes, 9 de octubre. Toda la noche oyeron pasar pájaros.
Jueves, 11 de octubre. Vieron los de la carabela Pinta una caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado a lo que parecía con hierro y un pedazo de caña, y otra hierba que nace en tierra, y un palillo cargado de escaramujos. Con estas señales alegráronse todos.
El Almirante a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra. Era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba.’


He querido copiar esta larga cita porque pocas veces se han escrito palabras tan llanas con mayor carga emotiva. Al menos a esta distancia de siglos a mi me parece. Posiblemente en aquellos momentos no lo eran tanto, acosados los marineros por el deseo de llegar a la tierra lo antes posible.
La poesía es una expedición a esas geografías desconocidas, a islas que, a veces, ni siquiera existen, a lugares donde no es posible hacer pie, a estados de ánimo que, si bien muchos han experimentado, nunca han sido hollados por la escritura.
En las expediciones a esas fronteras muchos se pierden, muchos no encuentran nuevas islas, no digamos ya continentes, muchos vagabundean por territorios ya conocidos. Muchos se pierden, no hay brújula, ni sextantes, paralelos, ni meridianos. No hay agujas de marear, no hay coordenadas para la poesía. Tan solo existen las estrellas. Tan solo si encuentras en SOS apropiado, la isla donde agarrarte, la palabra que expresa esa agonía, te sientes recobrado. Al fin y al cabo la poesía no está en los versos, en la materialización de la trama de tinta. La escritura, esa parte oscura que contrasta con la blanca superficie de la página, es como la tela de araña para atrapar la poesía.
La poesía es el riesgo, esencia de la aventura, que todo expedicionario corre, encuentre mundos nuevos, viejos, se pierda, o vuelva con las manos heridas.
Y es también otro riesgo de esa aventura quedarse desnudo, a la intemperie, ante los demás, con todas las erupciones que ello provoca, acostumbrados como estamos a aparecer vestidos, profundamente convencidos de nuestra fealdad –ese sentimiento de culpa- que, casi siempre, no es otra cosa que miedo a la belleza de la verdad, a presentarse tal cual.
Otro riesgo corre el que escribe: descubrir su pensamiento y su intimidad. En una sociedad que cultiva las apariencias, que se cubre hasta quedar disfrazados -¿tanta vergüenza sienten de si mismos?- a quien se cómo es, cómo piensa, se le apunta con el dedo, a veces, con la piedra.
Sólo escriben y opinan los que sienten vergüenza de ser hombres y como tales presentarse.
Hay que escribir como quien extrae mineral de una roca. El pico, la pluma, hiere una y otra vez esa superficie absolutamente callada para extraer la palabra.
Escribir poesía, por eso es algo de mucho riesgo y la mayoría de la gente, por no creerlo, lo despachan como entelequia, y al poeta, como ovni, objeto volante no identificado. Del riesgo que supone escribir es testimonio el libro La prisión donde escribo publicado por el PEN, en el que se hace una antología de textos de escritores encarcelados. En el prólogo, Joseph Brodsky, encarcelado, exiliado y premio Nóbel, dice: ‘En el siglo XX, la reclusión de escritores se da por sentada en todo lugar. Apenas si cabe mencionar un idioma, por no halar de un país (¿acaso Noruega?), cuyos escritores hayan quedados eximidos de la práctica’. Y, entre otras cosas, añade: ‘De hecho, escribir –mejor dicho componer mentalmente- poesía formal puede recomendarse en la reclusión como una suerte de terapia, al igual que las flexiones y las duchas frías’. ‘Este libro representa una antología de llamadas de auxilio, recibidas o ignoradas durante la mayor parte del siglo por los trasatlánticos de lujo que por casualidad pasaban por la zona del naufragio’. ¿De qué manera tan frágil están hechos algunos poderosos? -¿todos quizás?-, destacando sobre los demás los dictadores, para temer a los que escriben que, si bien pueden llegar a ser tigres, son solamente tigres de papel? Pero también cabe preguntarse: ¿qué poder tiene la palabra, hablada o escrita, para hacer temblar a los poderosos hasta el punto de privar de libertad a los que la utilizan? Claro que los poderosos quisieran tener, sobre todo, para su satisfacción, autoridad sobre el pensamiento de las personas. Y aun no se ha inventado un arma para doblegar el pensamiento. Aunque sutiles y terroríficas torturas ya existen. Y aquí pido, para no ir destripándolas una a una, que recuerde cada uno aquellas que se han ido utilizando en las últimas décadas. (Unos minutos de silencio). Después del estupor que cada cual habrá sentido, sigamos.
Claro que no todos los que escriben corren riesgos, si no loquera, y terrible, el perder su propia identidad, que es encarcelarse a si mismo. Aquellos que se ponen al servicio del poder y se comportan como señoritas de compañía suelen sacarle algunas glorias y algunas monedas al señor. Migajas solamente ante el propio y atroz suicidio intermitente. Es terrible haberse suicidado y seguir vivo.

Ovidio Pérez Martín es profesor y poeta.

SACADO DE LAS PÁGINAS 14-15 DE LA REVISTA ‘CAMINAR CONOCIENDO’, NÚMERO 8 DE JULIO DEL 2.000

Encabeza el artículo, ilustrándolo, una pintura en blanco y negro de del pintor iraní Farokh Shahi

Ramón Mayrata: M. Calvo, huesos de cristal

Manuel Calvo, huesos de cristal

por Ramón Mayrata
¿Ojos de Ramón Mayrata?




¿De dónde proceden esos rostros, cabezas sin cuerpo, con mirada de buho? Tal se encaraman sobre los hombros, ahora invisibles, de aquellos hombrecitos qeu Manuel Calvo pintara obsesivamente en otro tiempo. ¿Cuándo?


No importa. Las fechas no logran separar estas imágenes que sin duda representan los mismos seres. Entonces carecían de rostro. Sus cuerpos, apenas siluetas, poseían transparencia de cristal. Eran desnudos interiores. En su diáfana inmaterialidad albergaban el vacío de un destino individual, que su obstinada reiteración descifraba común.


Ahora estos rostros sorprendidos en seco, en aquellos cuerpos anónimos, parecen sostener una identica visión del mundo que les rodea. Menos preocupados por la fisonomía de los rostros que por la espesa incógnita de sus miradas, unos cuantos trazos le bastan a Manuel Calvo para otorgarles una enigmática realidad. Apenas unos trazos que revelan la estructura ósea. Sus rostros desgastados por el tiempo, espectrales, que podían estar muertos. Pero en los agujeros de sus ojos, la mirada, como un gong, nos alerta.


Sólo la densidad y la expresividad de los ojos confirma la realidad de su existencia. Miran de frente, incorporados sobre la mirada. Son rostros que no se detienen en el plano del lienzo o de la superficie cerámica, ni se aferran a la madera que les sirve de soporte.


Lo que les distingue es que no hay distancia entre la mirada del cuadro y la mirada del espectador. ¿Quién es el que mira? Cuando dos miradas se encuentran, la trama en la que se entrecruzan aleja de su campo de visión toddo lo demás. Se da, pues, un reconocimiento de uno mismo en el otro. Las miradas se confunden, se convierten en molde la una de la otra.


Sin fragor, en un silencio intenso, se diría que lo que miran avanza ciégamente. Lo que miran evoca todo aquello que les horroriza, persigue o no comprenden y nunca se disipa del todo. Manuel Calvo pertwenece a una raza de artistas íntegra y aventurera, para los que el fervor de la vida no se distingue de la angustia que produce la existencia.


Los rostros de los cuadros, nustros rostros de espectadores, esops rostros sorprendidos en la oscuridad con las luces de bengala de la pintura, tiene una arruga en la frente. La perplejidad es el tiempo de estos rostros, el instante en el algo avanza hacia ellos, amenazante e incomprensible. Ese algo se sitúa en el cuadro para el espectador y allí donde está el espectador para el cuadro que mira.


No hay otro espacio que el crea la mirada, siempre inquieta e inestable en la peana del rostro. La mirada convierte a veces los rostros en cosas. Objetos redondos o cuadrados que resbalan entre los dedos. Porque este experimentador inconsable no puede renunciar a los ritos de una antigua magia. La mirada despega los rsotros de lo humano y hay rostros que son mares, pájaros, soles o lunas.


En ocasiones, los rostros se vuelven máscaras y conjuran nuestro propio reflejo en la oquedad de una imagen ignota. Otras veces son rostros negados, como si su mirada se hubiera revuelto contra ellos mismos.


Algunos son retratos. De vivos y de muertos. Como todo solitario, Manuel Calvo no olvida a sus amigos que siguen viviendo con él. Los más conmovedores quizás sean sus propios autoretratos, en los que le individualiza se enreda en el paisaje común de todos los rostros, como una hoja que temblara solitaria en un bosque. Allí, en ese bosque de rostros, la mirada de Manuel Calvo se agita y desprende de los ojos con la liberttad y la perplejidad de uan hoja al viento.





Ramón Mayrata es escritor





Manuel Calvo: ficha mínima:


Nace en Oviedo en 1934. Primera exposición: Galería Alfil 1958. Luego exposiciones en Córdoba, Valencia, Bilbao, Madrid, París, San Marino, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Basilea.... Las últimas: Valladolid, Ávila, Alcalá de Henares.


Con los grabadores de 'Estampa Popular', expone en París, también en la Galería Quixote de Madrid, en Bahía.


Ha realizado decorados para obras de teatro de Adamov, Bertolt Brecht y Arrabal, para manifestaciones culturales. Asesor artístico en cine. Efectuando portadas, confeccionado revistas, carteles e ilustraciones.


Participa, fuera de concruso, en el 'X Certamen de Cine Documental de Bilbao' con la cinta 'El 17 de Elvira'; el jurado le otorga el gran premio y exige la exhibición de la película el día dde la clausura. La organización no lo hace (Confusión y protestas)


Representado en los museos de Arte Contemporáneo de Madrid, Río de Janeiro y Villafamés.


Como cosa curiosa, porque representa como entienden algunos la Libertad de Expresión, el periódico El País no le publica unas aclaraciones en torno a una entrevista de Antonio Saura sobre el grupo 'El Paso'.





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lunes, 16 de abril de 2007

JEAN-PAUL SARTRE: Una verga que se empina(*)

Una Verga que se Empina(*)
de Jean-Paul Sartre





"Para los poetas negros el ser en cambio sale de la nada como una verga que se empina. La Creación es un enorme y perpetuo alumbramiento. El mundo es carne e hijo de la carne. En el mar y en el cielo, en las dunas, en las piedras, en el viento, el negro reconoce el terciopelo de la piel humana. Se acaricia en el vientre de la arena, contra los muslos del cielo. Es 'carne de la carne del mundo'. Es 'poroso a todos los alientos', a todos los pólenes. Es, sucesivamente, hembra de la naturaleza y su macho. Y cuando hace el amor con una mujer de su raza, el acto sexual le parece la celebración del Misterio del Ser.

Esta religión espermática es como una tensión del alma que equilibrase dos tendencias complementarias: el sentimiento dinámico de ser un falo que se yergue, y el otro, más sordo, más paciente, más femenino, de ser una planta que crece. De modo que la negritud, en su fuente más profunda, es una androginia.



Allí estás
erguido
pero eres en realidad el hijo de esa sombra parturienta
que se guarece de lactógeno lunar
luego cobras lentamente la forma de una pica
sobre ese muro bajo que saltan los sueños de las flores
y el perfume del verano en receso.
Oler, creer que las raíces te dan patadas
y corren y se retuercen como serpientes sedientas
hacia alguna fuente subterránea.

Rabearivelo
(del poemario Traduit de la nuit 'Traducido de la noche')

Esta unidad profunda de los símbolos vegetales y de los símbolos sexuales es ciertamente la mayor originalidad de la poesía negra, sobre todo en una época en que, como lo probó Michel Carrouges, la mayor parte de las imágenes de los poetas blancos tienden a la mineralización de lo humano."

(*) El título es de la revista

Jean-Paul Sartre: 'El negro y su arte' (fragmento del capítulo IV: 'Los ritos de la agricultura') Editorial Deucalión, Buenos Aires.


SACADO ESTE TEXTO DE JEAN-PAUL SARTRE DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', PÁGINA 11, NÚMERO 8, AÑO DE 2.000


Texto que podría servir en la lucha contra las discriminación y el racismo

LEOPOLD SEDAR SENGHOR: Sobre Madagascar

Sobre Madagascar
de Leopold Sedar Senghor






"Mas, para ilustrar mi propósito, no quiero detenerme más que en la obra de los escritores y artistas malgaches, una de las cuales, y de las más ejemplares, es la del poeta Jean-Joseph Rabearivelo.
Indudablemente, nada de malgasitud le era ajeno al autor de Viejas canciones de las regiones de Imerina. Merced a una práctica cotidiana, este autodidacta conocía la lengua y el folklore malgache. Ciertamente, también ha afirmado con energía su voluntad de permanecer sólo, única y puramente malgache, desembarazándose de los 'oropeles cristianos occidentales'. Incluso ha ido más lejos -es una antifrase-, pretendiendo confinarse dentro de las fronteras de la tierra merina.
Pero mi amigo Jacques Rabemenanjara ha demostrado oportunamente, en su Prefacio a Casi sueños y a Traducido de la noche, que Rabearivelo, para hacerse su miel en el Parnaso malgache y acumular su botín, se ha desplazado a miles de kilómetros, hasta América y, sobre todo, a Europa y, concretamente Francia. Lo cierto es que el poeta, en tanto que hombre de cultura y artista, no se sirve de las aportaciones extranjeras más que como un diccionario. Ha aclimatado las ideas y las palabras venidas de fuera a la tierra y al alma malgaches. Es el que ha creado la Nueva Poesía Malgache, estuviese escrita o no en lengua francesa. Como Rabemananjara: 'Rabearivelo ha asimilado tan perfectamente la lengua francesa que, en vez de un servidor, la utiliza como un instrumento de investigación y de perfeccionamiento humano, extraordinariamente dócil y fecundo'.
Nadie hubiera podido decirlo mejor: 'asimilar' las aportaciones extranjeras e injertarlas en las adquisiciones populares, para hacer de ello 'un instrumento de investigación y de perfeccionamientos humanos'. La cultura no es otra cosa. Despidiéndose de la vida. Rabearivelo tenía perfecto derecho de escribir a Rabemananjara para que los jóvenes que iban apareciendo en el horizonte: 'Te paso la antorcha. ¡Manténla bien alta!'. "

Leopold Sedar Senghor: Palabras finales de la Alocución en su Recepción por la Academia Malgache, 29 de junio de 1961
(Del libro 'Libertad, Negritud y Humanismo', Editorial Tecnos, 1970)

DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO',
PÁGINA 10, NÚMERO 8, DE JULIO DEL 2.000

PUBLIO L. MONDEJAR: Jean-Joseph Rabearivelo

Jean-Joseph Rabearivelo
por Publio L. Mondejar






"Rabearivelo hizo de la literatura la razón de su vida. Solo, abandonado en una sociedad hostil, incomprendido, encuentra hacia 1920 a Pierre Gamo, quien le descubre la literatura francesa por la que enseguida sintió una gran admiración. Sus primeros poemas se resienten de una excesiva influencia de esa literatura. La solución al problema del colonizado la encuentra en el retorno a las fuentes tradicionales. Era el mismo camino que el que, en París, estaban encontrando los hombres de la Negritud, de la cual ignoraba hasta la msima palabra. El suicidio de Rabearivelo tiene mucho de sintomático y simbólico, a caballo entre dos culturas, con la incomprensión colonial en la raíz de su amargura. Rabearivelo encuentra en la muerte una posibilidad de evasión a una radical desesperanza que tenía mucho de intectual en su raíz."





Publio L. Mondejar:


(Poesía de la Negritud,
'Los Cuadernos prácticos 5',
Editorial Fundamentos.)


DE LA PAG. 13, DEL Nº 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DE JULIO DEL 2.000

ROGELIO MARTÍNEZ FURE: Rabearivelo

RABEARIVELO
por Rogelio Martínez Fure




"Incomprendido, víctima de los prejuicios coloniales imperantes en su época contra los hombres de color, se sentía exiliado a la vez de la cultura francesa y de su pueblo (Jean Rousselot: Dictionnaire de la poésie francaise contemporaine, París, 1968). Las deudas, la falta de oipio, los deseos frustrados de visitar Francia, la pérdida de Voahangy -su hija favorita-, el fracaso de unas relaciones amorosas idealizadas con un 'imposible', la indiferencia de la administración colonial con la miseria que comenzaba a minar su salud y carácter, la absoluta desolación espiritual, fueron motivaciones todas que lo empujaron a ingerir cianuro de potasio, el 22 de junio de 1937. Fue enterrado en Ambotofotsy, aldea de donde era originaria su familia, en las cercanías de Tananarive. Su muerte fue 'sin duda el primer suicidio de intelectual imputable al colonialismo' (Robert Boudry) y un mentís a la cacareada política francesa de 'asimilación'."



Rogelio Martínez Fure

(Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1988)


EXTRAÍDO DE LA PÁGINA 13 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DE LA JUNTA DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE LAS NAVAS DEL MARQUÉS DE JULIO DEL AÑO 2.000

Rabearivelo: Diccionario de Literatura

RABEARIVELO



DICCIONARIO DE LITERATURA: 3. LITERATURA CLÁSICA Y BIZANTINA, ORIENTAL Y AFRICANA. ALIANZA EDITORIAL, 1983:



"Los primeros poemas de Rabearivelo revelan la influencia de los poetas simbolistas franceses. Mas tarde da rienda suelta a la rica espontaneidad de su temperamento ardiente y sensible. La brillante intensidad de sus imágenes, que han sido comparadas a las de Leconte de Lisle, le señala como hijo de los trópicos. Utilizó con tanta fortuna las formas de la balada vernácula de madagascar, sobre todo la llamada 'hain teny', que alguno de sus poemas más originales -'chants frais et harmonieux', como han sido calificados con exactitud- parecen versiones de poesía popular. Rabearivelo es venerado como el padre de la literatura de Madagascar y ha ejercido una profunda influencia sobre otros poetas malgaches, como Ranaivo y Rabemananjara".



DICCIONARIO DE LITERATURA: 3. LITERATURA CLÁSICA Y BIZANTINA... ETC, ETC.



(En la página 12 del nº. 8 de la revista 'Caminar Conociendo' de julio del 2.000)

Rabearivelo a los 100 años: HAINTENY MALGACHES

RABEARIVELO A LOS 100 AÑOS
HAINTENY MALGACHES

de Verónica Pereyra y Luis María Mora




"Una variante de los duelos de ingenio son los hainteny malgaches, que significan 'ciencia de la palabra', 'palabras sabias' o 'palabras que tienen vida'. Jean-Joseph Rabearivelo compila y traduce algunas de estas composiciones. Se trata de diálogos, a veces veraderas contiendas verbales, con abundantes metáforas y la usual intervención de la naturaleza. Estas composiciones son, no obstante, prácticamente impenetrables para los que no conocen el contesto malgache.

Citemos este diálogo entre amantes:


Ella: He dejado (a los helechos) un mensaje para tí:

'Decid a aquel que cree amarme que si le ha encomendado retenerme, le ofreceré uno de mis limones dulces que conservo en el pecho para que sea perfumado durante una semana'.

Él: Eres bella, única en la isla.
Eres seductora en la primavera.
Serás perfecta en el verano.
Serás todavía más dulce en el invierno."


Verónica Pereyra y Luis Mª Mora: 'Literaturas africanas: de las sombra a la luz', Editorial Mundo Negro, Madrid, 1998





EN LA PÁGINA 12 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DE JULIO DEL 2.000

Rabearivelo: SE VAN A CUMPLIR 100 AÑOS

J-J. RABEARIVELO





El poeta malgache, bautizado Joseph-Casimir, Jean-Joseph Rabearivelo, nació en Antananarivo el 4 de marzo de 1901. Pertenecía a una familia noble venida a menos. Cursó estudios en Fréres des Ecoles Chrétiemes de Andohalo y luego con los jesuitas de donde fue expulsado a los 13 años. Frecuentó la Escuela Flacourt en Faravohitra. Terminó sus estudios pero, hostigado por las necesidades económicas y las presiones sociales de la vida colonial, terminó por trabajar donde pudo: secretario, intérprete, diseñador de encajes, profesor... Dominó el francés a la perfección. Incluo aprendió español. En su etapa de profesor, contrajo matrimonio con una de sus alumnas, Mary Razafitrimo, de la que tuvo cinco hijos. Hipersensible, adipto al opio, a las putas, a la bebida: en fin, todo para evadirse de las miserias de la vida y de las frustraciones que conllevaba el régimen colonial...

Se suicidó el 22 de junio de 1937 bebiendo cianuro.


Recibió en vida el Premio Moreas y el Premio de la Academia Francesa para la poesía y era miembro de la Academa Malgache. Fundó con G. Razafintsambia la revista Capricorne y colaboró en epriodicos y revistas de Francia, Madagascar, Isla Mauricio, Bélgica, Austria y Amérca del Sur utilizando a veces seudónimos como Jean Osmé o Amance Valmond.


Sus poemas aparecen en varias antologías y han sido traducidos a muchas lenguas. Senghor lo considera el 'príncipe de los poetas malgaches'.


'Caminar Conociendo' se adelanta a los homenajes que se le harán a lo largo y ancho de todo el planeta, desentrerrando su memoria para vencer al 'olvido oxidado que todo lo entierra', en expresión del poeta chileno Pablo Neruda.


En las páginas irán poesías del autor y poemas que algún que otro le dedica junto con juicios sobre su vida y su obra.





DE LA PÁGINA 5 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA
'CAMINAR CONOCIENDO' DE JULIO DEL AÑO 2.000

viernes, 13 de abril de 2007

Álvarez del Burlo: 'El Cesped de la Derrota'

Texto contra el racismo
*

El Cesped de la Derrota
(homenaje a Rabearivelo)

por Álvarez del Burlo
Como no me gusta el cesped de la derrota, pensando y soñando, quedé para errar por la sabana...





En eso y en ella estaba: rumiando, meditando, reflexionando, ensimismándome... bueno, como queráis decirlo... soñando y pensando como yo he dicho... cuando se me quebró la certeza, único báculo de apoyo que tenía...



De modo que me quedé tan solo con palabras que se adherían pastosas al cielo de la boca, y me bailaban en la cabeza preñadas de dudas.


Y ya, cojeando en el camino, con la mustia flor de la tristeza en el rostro, pedí a gritos:




-Dadme pólvora y fusil: mañana partiré.


Lo juro: fue sin convicción y por inercia.




-No sólo volveré a vagar por la sabana -añadí- sino que llegaré hasta los países más lejanos, para tratar de explicarme el por qué de tan dramática rotura.




-Pondré -proseguí- al desnudo, en primerísimo lugar, hambre y miedo, miedo y hambre quienes, hoy por hoy, rompen con facilidad las telarañas del sueño...




-Y más, ahora, cuando las babosas -que con las escarcha del otoño se han reproducido, como setas tras el muro derruido- están destruyendo, voraces, lo que han queda en las huertas de octubre.




-¡Dadme pólvora y fusil: -repetí más convencido- mañana partiré!




Lo juro, fue por inercia en un principio. A nadie le gusta morder el cesped de la derrota. Comenzaré otra vez la vida, dispuesto a la pelea. Además ¡qué se le va a hacer!: no hay más remedio.




Yo no he inventado la necesidad de defenderse.





Álvarez del Burlo





EXTRAÍDO DE LA PÁGINA 13 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', DE JULIO DEL AÑO 2.000

Jean-Joseph Rabearivelo: 'Viejas Canciones de Imérina'

Viejas Canciones de Imérina
de Jean-Joseph Rabearivelo




XVII

-Cerca del cántaro, se extravían mis palabras; al pie del mango, no dejo de asombrarme.

-Si estáis asombrado, ¡yo estoy sorprendida! Al pasar por delante de la casa de vuestra mujer, hace un rato, me tiraron cantos, mas no me volví; me insultaron, mas no respondí. Amad a vuestra esposa, pero no me abandonéis a mi.



XXI

¡El amor, oh pariente mío, tiene perfume a bosque de limón! Y no es por coquetería ni por capricho, que hablo así, ¡sino porque deseo poseeros todo entero!



XLII

Si yo fuera hormiga, treparía; si fuera pájaro, volaría y sería otra rama en la cima de ese árbol, y de allí intentaría ver de lejos a la hija del hombre: ¿estará enferma?, ¿estará sufriendo? Hace ya bastante tiempo que no se le ha visto.



Jean-Joseph Rabearivelo

(De 'Viejas Canciones de Imérina', Tananarive, 1939)



EN LA PÁGINA 12 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DE JULIO DEL AÑO 2.000

Jean-Joseph Rabearivelo: 'Danzas'

Danzas
por Jean-Joseph Rabearivelo


Un finísimo murmullo de tres guitarras,

y lejanos sones de tambores de madera,

y más cercanos cinco violines punteados

y las flautas perfectamente horadadas:


La muchacha avanza con paso gallardo, armonioso

y además, vestida de índigo: ¡doble amanecida!

Arrastrando lleva un lamba rosado

y en su cabellera luce una rosa silvestre.


¿Es un retoño de las altas hierbas o una frágil caña

que se estremece en el lindero del bosque?

¿Es una golondrina de los días apacibles

o una azulada libélula de las orillas del río?


La mujer-niña avanza con paso cadencioso;

enmudecida de repente por la dicha,

escucha arrebatada tres vihuelas, un tam-tam de madera,

unos tenues violines y algunas flautas.


Sus labios tiemblan como una sonora campana,

ved como brotan de ellos sin cesar los sueños;

esos sueños irresistibles que casi se truecan en lamentos,

¡para terminar más tarde en bellísimas canciones!


Y también la anciana late, se turba, se conturba

y viene ya acercándose para participar de la danza:

su falda multicolor por el polvo se arrastra,

de la misma manera que se arrastran sus días que terminan.


Pero no son canciones, ni lamentos

las llaves que han abierto su rostro:

lo humedecen lágrimas desoladas

al rememorar todos los muertos...


Su recuerdo... como una luna llena

próxima a hundirse en el océano celeste, a naufragar y ser invisible,

he aquí deshojándose la primavera

que no es ya más que una tumba de hojas muertas...


Y los dedos se encuentran;

los frágiles dedos de la mujer-niña

y los inertes dedos de la anciana,

son igualmente transparentes.


Se cruzan formando como un puente

que anlaza ya esos crepúsculos

que se levantan sobre las colinas

¡con la amanecida que el gallo anuncia!


Jean-Joseph Rabearivelo

(Presque-Songes, Tananarive, 1934)


'Caminar Conociendo' pag. 11, nº 8 julio del 2.000


Jean-Joseph Rabearivelo: 'Habrá un día un joven poeta'

Habrá un día un joven poeta
de Jean-Joseph Rabearivelo

Habrá un día un joven poeta
que llevará a cabo tu anhelo irrealizable
por haber conocido tus libros
extraños como flores subterráneas,
tus libros escritos para cien camaradas,
no para uno solo ni tampoco para mil.


En la umbrosa ensenada donde te leerá de nuevo,
con la única claridad de su corazón, volverá a latir de neuvo el tuyo,
él no te creerá
en los tranquilos maretazos de los que se llenarán siempre los abismos tenebrosos,
ni en la arena, ni en la tierra rojiza,
ni bajo los peñascos devorados por líquenes
y que tras él se extenderán
hasta la región de los supervivientes,
alucinados e indiferentes desde el Génesis.


Él alzará la cabeza
pensando que es allí, en el azur,
entre las estrellas y los vientos,
donde habrá sido erigida tu tumba.


Jean-Josep Rabearivelo
(De 'Traduit de la nuit', Tunez, 1935)


TOMADO DE LA PÁGINA 10 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', DE JULIO DEL AÑO 2.000

Jean-Joseph Rabearivelo: 'El poema'

El Poema

por Jean-Josep Rabearivelo



Dices: voces para canto, voces para canto
¡oh, habla de mis antepasados!
palabras para canto, para nombrar
los anhelos que la conciencia, desde hace mucho tiempo, ha concebido
y que, por fin, brotan y crecen
con palabras por lenguas,
todavía vocablos aurorales por la vaguedad del alfabeto,
y aún no le es posible bailar con el vocabulario
pues no son por ahora tan flexibles como las ordenadas oraciones
pero que cantan ya en los labios
como enjambradas libélulas azules que al borde de un río saludan a la noche.



Dices: palabras para cantar, palabras para cantar
ah, palabras para cantar, para designar
la fragil resonancia de la canción interior
que se acrecienta y resuena
intentando hipnotizar el mutismo del libro
y las landas de la memoria
o los bordes yermos de los labios
y la angustiosa pesadumbre de los corazones.



Jean-Joseph Rabearivelo
(Presque-Songes, Tananarive, 1934)



LEÍDO EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8, PÁGINA 5, AÑO DE 2.000

Jean-Joseph Rabearivelo: 'Leer'

Leer
de Jean-Joseph Rabearivelo

No hagáis ruido, no habléis:
van a descubrir un bosque los ojos, el corazón,
el espíritu, los sueños...


Bosque, aunque real, secreto:
bosque...


Bosque rumoroso de silencio,
arboleda donde el ave libre se ha escapado,
el pájaro por prender en el ardid que hará cantar,
o que hará llorar.


A quien lo hará cantar, a quien lo hará llorar
la atadura de su nacimiento.
Bosque. Ave.


Bosque misterioso, ave escondida
en vuestras manos.


Jean-Joseph Rabearivelo
(Presque-Songes, Tananarive, 1934)


REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8, PÁGINA 5 DE JULIO DEL AÑO 2.000

miércoles, 11 de abril de 2007

José Luís Morante: 'Paseo'



Paseo


de José Luis Morante





La parda mansedumbre del otoño
duerme el reloj, incita a la palabra.
A su reclamo acuden pensamientos,
franquean la angostura de la boca
y visten los canchales de granito
con un traje de musgo confidente.
Como cantos rodados damos vueltas
por la cristalería del pasado.
Mezcla el camino bayas y recuerdos,
excrementos, ideas y amanitas,
concesiones y rosales silvestres.
Con ánimo apacible descubrimos
naipes ocultos que el azar baraja,
emparentamos pasos y raíces.
Troncos hueros se bañan en la inquieta
transparencia glacial de los arroyos.
Una hilera de nubes acaricia
las boscosas laderas y el paisaje
se disfraza de de noche, se hace sombra
para resguardemos nuestros sueños.
En el viaje de vuelta imaginamos
maléficas miradas de gorgona.
Un tiempo indefinido nos espera,
mas la amistad es ley incontestable.
El futuro no existe. Lo inventamos.

José Luis Morante, profesor de literatura, es premio 'Luis Cernuda'
(Texto del libro inédito 'Largo recorrido')

SACADO DE LA PÁGINA 17 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DE JULIO DEL 2.000

José Mª Muñoz Quirós, otro poema sobre 'La Llama'

José Mª Muñoz Quirós



No volverá ya más. ¿Por qué tan breve

es el origen de la luz que atrapa

en su vivir abierto, en los sentidos

anchos y errantes del temblor del fuego?

Todo es así misterio de alta llama,

pudor de tempestad nido de espuma,

levísimo rescoldo de alma y tiempo.

Todo es así tan breve. Todo acaba

en el fondo del mundo y luego nace

para sentirse niño en la inocencia

de la tarde y la flor, en la más alta

profundidad del ser. ¿Con qué palabra

pronunciaré tu nombre en este instante

volcado solo en mí? No tengo nada

que pueda ser paloma de silencio,

intensidad mayor cumbre más firme,

ancla de soledad donde no anclaba

la tarde cuando duerme en esos brazos,

y más que ya morir, se desvelaba.


José Mª Muñoz Quirós, poeta abulense, es premio 'Gil de Biedma' y otros más.

(texto de 'El fuego inhabitable')



DE LA PÁGINA 17 DEL NÚMERO 8 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DE JULIO DEL 2.000. LA PÁGINA ESTÁ ILUSTRADA CON UN CUADRO DEL PINTOR IRANÍ SEYYED JAMAL AL-DIN PIRKHEDRI

José Mª Muñoz Quirós: 'La Llama'

La Llama

José Mª Muñoz Quirós

La llama ha sido recibida en mis manos.
Balbuceo de amor, hirvió en mis ojos,
y hoy la recojo al borde de la playa,
herida por la arena, sentida en libertad
bajo als olas, en los cuerpos que son
como azabache bajo el sol de mayo.
El faro ha dado al mar en sus señales
el temblor de ese fuego. Llamarada en su ser
el horizonte
colma también de llamas cada tarde,
enrojecido azul hacia la noche.
Nada es más llama que esa leve rosa
en los caminos del añil secreto
del mar y sus honduras. Y sin dolor
es llama
la memoria celeste de los ojos
que cuando miran arden sin sentirse
herederos de ayer,
absortos
en esa plena luz que en el recuerdo
se encarcela en la sangre.
Llamas serás mañana si hay mañana.

José Mª Muñoz Quirós, poeta abulense, es premio 'Gil de Biedma'
(Poema de 'El fuego inhabitable')

Leído en la página 17 de número 8 de la revista 'Caminar Conociendo' de julio del 2.000

martes, 10 de abril de 2007

FÉLEZ LUIS PEPENA: 'JARCHAS'

JARCHAS, DE FÉLEZ LUIS PEPENA(*)


Desde la carretera
cómo blanquea ávila
cómo blanquea.



Desde La Paramera
a Salamanca
ha caído la nieve
blanca que blanca.



Desde la carretera
cómo blanquea Ávila
cómo blanquea.



Y desde Salamanca
a La Paramera
a caído la nieve
cómo blanquea.



Desde la carretera
cómo blanquea Ávila
cómo blanquea.


Tanto blancor
relinchan los caballos del motor.



Camino de El Escorial
se ha puesto a andar la torre
de la Catedral.
Por mor de Bracamonte
para testimoniar.
Al pasar por Las Navas
se ha echado a llorar.



Camino de Segovia
Villcastín
el corazón volando
como un neblí.
Cantando iba tu nombre
que yo lo oí.




Junto a una papelera
a medio volcar
unas amapolas
como un renoir.
El cielo azu y alto
alto y azul chagal.



Para Semana Santa
ha condenado a Cristo
un sanedrín de Ávila.



Tan condenado está
que no sabemos madre
si resucitará.
Un sanedrín de Ávila.




Los dos drogadizos
ella y él
queriéndose quererse
y no poder.
Desde la piedra
alta Ella los ve.



Los dos drogadizos
él y él
queriéndose quererse
y no poder.
Desde unos jaramagos
amarillos
alta Ella los ve.



Tu corazón y el mío
ella y él
queriéndonos querernos
desde hombre y mujer.




Alto el anochecer
Ellas dos nos sollozan
a todos tres.



Alrededor de Ávila los cerros niños pobres
y las montañas
juegan al 'corro claro'
alrededor de Ávila.



De rondón
se metió entre ellos
el corazón.
Ay madre.
Alrededor de Ávila.



(Selección de jarchas, realizada por su autor, del libro 'Jarchas de Ávila Mis Ojos'. Tomadas de las siguientes partes: 'Ávila mis ojos', 'Jarchas de la torre de la catedral', 'Jarchas ad modum Georges Roualt' y 'Jarchas de la Calle de la Viad y de la Muerte'. Van dedicadas a Jacinto Herrero Esteban autor de los sonetos 'Ávila en casa')
(*)Creemos que este nombre es un seudónimo que corresponde a un profesor de literatura abulense jubilado. No hemos averiguado su nombre. Un amigo nos ha dicho que está casi seguro que fue uno de los que iba para poeta y que Jacinto Herrero publicó en su colección de poesía 'El Toro de Granito'.

PUBLICADAS EN LA PÁGINA 18 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8 DE JULIO DE 2.000

ISABEL ESCUDERO: 'Otro gallo cantaría'

Otro gallo cantaría


de Isabel Escudero



Moisés a la deriva
en su canastilla
llevado por las aguas
cual leve brizna.


Quién diría, Moisés,
¡ay! quién diría
que cargado con la Ley
mañana irías.
....................................

El día menos pensado
se le caerán los números
al calendario.
....................................

Al cabo,
al cabo de los años
¡ahora caigo!
....................................


Bergamínima

Incondicional:
Contigo hasta la muerte,
pero ni un paso más.
.....................................

Si mañana fuera otro día,
otro gallo cantaría.

Isabel Escudero

Versos inéditos. de próxima aparición en un libro titulado: 'Cifra y aroma. El día menos pensado', en la Editorial Hiperion.
Las Navas del Marqués (Ávila) Febrero de 2.000

(EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 8, PÁGINA 19, DE JULIO DE 2.000)