martes, 21 de agosto de 2007

Contra el racismo: Oración y arrepentimiento de un pequeño cristiano


Señor,
¿por qué has hecho esta mañana
tan gris, tan triste?
¿Acaso porque pequé
anoche?
¿Hasta ese punto estás enfadado,
Señor?

Ni siquiera el arrogante gallo
cantó su kikirikí esta mañana.
Ni aún los pequeños gorriones
abandonaron bajo el techo su nido.
Señor, Señor,
pequé, lo confieso.
Pero no es mía toda la culpa
cuando hundí mi mirada en el fondo de sus ojos.
(Oh, Señor, esos ojos
hubieran podido obligarme a hacer cualquier cosa,
hubieran podido obligarme a comer carne el Veirnes Santo,
hubieran podido obligarme a abandonar mi cruz,
hubieran podido obligarme a faltar al respeto del Santo Padre-el-Papa)
La besé y olvidé la hora del catecismo.
Señor, Señor,
pequé, lo confieso.
Confieso
que encontré las largas trenzas de su negra cabellera
más hermosas que las de la Santa-Virgen-María.
(Oh, Señor, me avergüenzo de mi mismo)
Hazme sufrir el castigo de los pecadores,
no tengas piedad de mi.
Reconozco mi irreparable, mi imperdonable, mi mortal
pecado.

Pero, Señor,
ten piedad de mi tío, que desea una buena cosecha de vino de palma para su dote;
ten piedad de mamá, que necesita una extraordinaria cosecha de maíz y yuca;
ten piedad de esa esmirriada hormiga negra, que carga su pesada cruz de paja.
Señor,
reconozco mi irreparable, mi imperdonable, mi mortal
pecado.
Pero, a ellos, Señor, a todos los que no hicieron nada,
devuélveles ese sol resplandeciente que hace la alegría de sus vidas;
devuélveles ese cielo azul purísimo que les hace embriagarse de amor
y dale a mamá el sol que tanto desea para su cosecha de maíz y yuca.
Pero, a mí, no me dejes vivir
porque falté a la clase de catecismo el domingo.

Emmanuel Bundzeki Dongola

(El poema 'Oración y arrepentimiento de un pequeño cristiano' está tomado del libro 'Diwan africano. Poetas de expresión francesa', de Rogelio Martínez Furé. Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1988. Nosotros le hemos puesto signos de puntuación y hemos cambiado algunas palabras. Pocas. Lo demás, es de Rogelio Martínez Furé, incluso su traducción al castellano. Mas, si uno quiere leerlo tal y como venía en el 'Diwan' con que le quite los signos y las mayúsculas, lo tiene logrado)

domingo, 5 de agosto de 2007

José Mª Amigo Zamorano: ARTENAVAS 07: Las Navas del Marqués, varios olvidos y un inciso

Artenavas 07: Las Navas del Marqués, varios olvidos y un inciso
Las Navas del Marqués

En el post anterior hablamos de una visita que hicimos a una exposición de arte contemporáneo que, con el rótulo de Artenavas, comenzó allá por el año 2002, con ínfulas de feria de arte, en Las Navas del Marqués y ha terminado con tan solo 14 expositores. Fue, como acabamos de decir, en la villa abulense de Las Navas del Marqués, villa que está situada casi en la sierra del Guadarrama a pocos kilómetros de El Escorial. Lope de Vega en unos versos decía: “Yacen al pie de Guadarrama helado / Las Navas del Marqués ese es su nombre / donde el florido prado viste un prado / que no hay escarcha o nieve que lo asombre”.

Un pueblo que mas que mirar para Ávila, se inclina hacia Madrid de donde le vienen los forasteros en el verano y el trabajo todo el año. Se hizo tristemente célebre a últimos del pasado año y principios de este, pues el Ayuntamiento del PP (el alcalde y el secretario están imputados) al parecer consintió la tala de 4 o 5.000 pinos cuando ya el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León había prohibido construir, una denominada Ciudad del Golf, en ese sitio que está protegido porque anida la cigüeña negra y otras aves. Ya en años anteriores su castillo (tiene uno llamado Magalia) recibía la visita del que fuera presidente del gobierno de España Felipe González. Y como se viera, por entonces, envuelto en casos de corrupción, algún que otro malicioso dio en llamar al castillo la cueva de Alí Babá.
Por el contrario, por aquí también estuvieron el clásico Lope de Vega y el gran humanista Arias Montano. En el año 1917 se encontraron, veraneando, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Se hicieron amigos y Dámaso Alonso inoculó el veneno de la poesía a Vicente Aleixandre. Todos saben el resultado: V. Aleixandre, premio Nobel. También pasaron por él pueblo numerosos personajes, de los cuales destacamos al escritor extremeño Eusebio García Luengo o el director de cine Bardem, en uno de cuyos veranos escribió el guión de una de sus películas más emblemáticas: Calle Mayor.


Varios olvidos

Bien, cuando hicimos esa rápida mirada a Artenavas 07 se nos pasaron por alto, en un primer momento, 3 artistas que exponen en la exposición que membramos: Aute, Canogar y Casañé. Un olvido no intencionado, pero injusto sino lo remediáramos. Es lo que tienen las prisas que son miradas a medias y como dice el refrán: las medias no son buenas ni para las piernas… Olvidarnos de ese Aute, tan famoso… y por tanto de sus círculos concéntricos del dolor que manan lágrimas… ese Canogar, ¡Ah, Canogar! De casta le viene al galgo… sus esculturas de hierro se tienden en el espacio como telas de araña. O ese Casañé, cuyo hierro sale de sus manos adquiriendo blandura algodonosa.

Un inciso sobre José Luis Menéndez

Curioso, que fueran, sobre todo, escultores del hierro, estos herreros modernos del Arte, los que se nos olvidaran ya que su buen hacer, sin desmerecer a los restantes, nos había complacido. Particularmente José Luis Menéndez con sus raíces férreas, sus cabellos de hierro al viento, sus endurecidas entrañas y sus nervios de acero que se hunden en la tierra.

José Luis Menéndez que, al tiempo que trabaja, medita. Y sus meditaciones nos llegan con esas claves metafóricas, esos sms que se van introduciendo en el ordenador de nuestro cerebro. Son el espíritu de su creador, José Luis Menéndez hecho Hombre: fuerte como el hierro. El Hombre, creador del mundo en que vivimos, desafiando a los cielos de donde procede el rayo destructor. El Hombre, con mayúsculas, hecho Mujer que se enfrenta, al tiempo que se ofrece, (recordamos a la mujer del monumento al poeta Curros Enriquez, en La Coruña, quien, con el torso desnudo, desafía al Destino, quizás al Mar Incógnito) decimos se ofrece, porque lo engendra y pare. Esa mujer que desafía los vientos tormentosos de la Vida, con sus cabellos al viento y la mano abierta para seguir sembrando la tierra, sacrificándose, si fuera preciso, en acto heroico de pervivencia de la especie, no en vano el corazón lo tiene a la altura de la vulva y los testículos. Homenaje de José Luis Menéndez a su padre, a su madre, y a él mismo.Una conjunción de barras de hierro, retorcidas, que se engordan y adelgazan para lograr, como un mago, del hierro inerte un acto objetivo de dramatismo.En fin, asi es el Hombre de grandioso. Y lo sabe. Y es consciente de esa elevada estatura capaz de las más grandes hazañas.

Mas, no queda ahí su reflexión, sino que la transforma en meditación dialéctica. Lo decimos porque el Hombre, lo mismo que se eleva a las alturas, se abaja hasta las más criminales acciones: ama y odia: acaricia o hunde a sus semejante con la daga en la más negra noche de muerte: señor, por tanto, de la Vida y de la Muerte: de la Paz y de la Guerra. Así es José Luis Menéndez en sus creaciones: simboliza al Hombre.Sobre el hierro vuelca sus reflexiones, sus inquietudes más profundas, porque le parece la materia más apropiada: permanente y degradable o caduca: hueso, carne y vísceras: igual que José Luis Menéndez como individuo: podrá pervivir en el recuerdo de las generaciones futuras, enraizarse; o como las raíces hundirse en el polvo y desaparecer: es la caducidad: el final de todo ser vivo: volverse elemento químico: hacerse Nada creadora para seguir alimentando la Vida en las futurad generaciones.

Eso significan sus esculturas de hierro hechas raíces, convertidas en cabellos, transformadas en huesos y vísceras. Es el Hombre: fuerte como sus huesos, débil como su carne y sus finas hebras de pelo.

Aunque, tal vez, este artista, al que no conocemos de nada, no haya pensado jamás en estas cosas, ni haya visto nunca el monumento a Curros Enriquez. También podría ser. Sin embargo, nos gusta verlo así... Qué se le va a hacer.

jueves, 2 de agosto de 2007

José Mª Amigo Zamorano: ARTENAVAS 07: Una Exposición Venida a Menos

Cuadro de Aute en Artenavas



El 19 de julio se inauguró la sexta edición de Artenavas. Con este nombre se conoce a una exposición de artes plásticas que la villa de Las Navas del Marqués programa como una de sus actividades culturales de verano. El evento comenzó en el año 2002 con cerca de 80 artistas ¡casi na! Y amplia publicidad en prensa, radio y televisión y ha ido reduciendo sus participantes de año en año, como si en su camino, en vez de fortalecerse, se hubiera ido debilitando, adelgazándose de tal modo hasta quedar en puro hueso. Tal es así que el pasado año y este son solo 14 los creadores que se han presentado. Son los siguientes: Luis Eduardo Aute, Diego Canogar, Albert Casañé, Luis Castelo, Santiago Costales, Gabriel Fuertes, Alvar Haro, Evelyn Hellenschmidt, Ángeles Mauriño, José Luis Menéndez, Bruno Mezcua, Eduard Resbier, Faustino Ruiz de la Peña y Jorge Varas. La edad de estos artistas oscila entre 40 y 50 años; y solo uno, el más conocido de todos ellos por otros menesteres artísticos, Luis Eduardo Aute, pasa de los sesenta.

Sería legítimo preguntarse que ¿a qué obedece este adelgazamiento, esta escuchimización numérica? Y lo sería porque no lo sabemos. Como no sabemos cuál era el fin que se quería conseguir. Qué objetivos se marcaron. Como tampoco sabemos qué impulso inicial llevó a los dirigentes del Ayuntamiento a montar una exposición de tal magnitud. Decir que nos extraña esto sería mentir, dado el continuo oscurantismo de sus decisiones a que nos tienen acostumbrados los jefes consistoriales del PP navero...
"No lo sabemos", se refiere a mi: yo no lo sé. Y, a mi, me parecen "oscurantistas", cuando no se hace un debate al viento dándole toda la publicidad posible, con luz y taquígrafos como se dice ahora. Eso creo yo que es Democracia en la que todos pueden opinar. No en vano "Democracia" significa "Gobierno del Pueblo". Y como creo que no se ha dado pues... en ese sentido iba lo de "No lo sabemos". Un plural muy particular: el mío. Y que nadie se apunte que me borro, como decía Unamuno.Bromas y plurales aparte... Decíamos más arriba que los expositores de Artenavas 07 son gente madura. Su experiencia, es de suponer, está garantizada por una vida de trabajo a lo largo de esos años, por numerosas exposiciones, y premiada con diversos galardones. Aunque, pienso yo, no están, por la edad, en la mejor posición para transmitirnos, con frescura, los nuevos ideales del arte. Tienen ya callos en sus manos. El tierno colorido de lo que a la Humanidad le inquieta en este momento se logra con carne más fresca. Lo decimos porque el hombre, como persona, individual e intransferible, se hace en la niñez. Y esa, a todos ellos, les queda muy lejos. Se sabe que es, en esa etapa de la vida, cuando se van cristalizando los caracteres que luego paren al artista. Un ejemplo de ello está en uno de los artistas que exponen, Luis Castelo, sus dos obras son: las fotos de un ornitorrinco y una rata. Este expositor nació en Barruelo de Santullán, Palencia, 1961. De niño sus padres lo trasladaron a Madrid. Se interesó por la naturaleza desde su infancia. Su padre, taxidermista de profesión y cazador de afición, le pone en contacto con el campo y los animales. Entablará relación con los que serán más tarde notables biólogos, le encargarán capturas de especímenes diversos para sus investigaciones en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Aquello le permitió conocer desde muy temprana edad animales poco conocidos por otros niños de ciudad: lagartos ocelados, tritones, serpientes, eslizones o ranas de San Antonio. De ahí, de su niñez, le vino su inclinación hacia los animales. Se hizo en la niñez. Y allí quedó. Todo lo demás tiene esa impronta. Esto no quiere menospreciar su valía en el manejo de la fotografía; que además utiliza la técnica que llaman digitográfica y que según la revista Diorama es grabar con luz en soporte magnético/binario.
Y como hemos nombrado a este hijo de taxidermista para comprobar que el artista se hace en su niñez, a los demás les pasa igual. Escribiremos algunas cosas de cada uno de ellos: Canogar, ¡ah, Canogar! de casta le viene al galgo: sus esculturas de hierro son airosas, geométricas.Las cabezas, bien modeladas, un poco frías, de Santiago Costales están expuestas en el otro recinto, en Los Toriles; allí también expone, el escultor Jorge Varas, quien parece alumbrar con sus almas de aluminio a los tristes navegantes. El grueso de artistas, doce, muestran sus obras en el convento de Santo Domingo y San Pablo en periodo de restauración: así, Gabriel Fuertes, quien ha enviado varias de sus construcciones, un tanto insólitas, surrealistas diríamos; porque él dice que quiere abrir puertas, sin dar soluciones, vale; y Alvar Haro es un gran cromatista, sus dos cuadros así lo atestiguan; una veterana de Artenavas es la alemana Evelyn Hellenschmidt, quien, como en otras ocasiones, trabaja el hierro con mimo, con primor, casi con exquisitez, colocando siempre al hombre en el centro, pero pequeñajo, como acojonado ante lo que él mismo ha construido; cuadros con estructura arquitectónica, como un arquitecto los planos de viviendas, asi son los cuadros que expone Ángeles Mauriño; de José Luis Menéndez, como de la artista alemana, se puede decir que ya es viejo en esta actividad cultural navera, y que trabaja el hierro a las mil maravilla transformándolo en raíces que se adhieren a la tierra o se elevan al cielo como cabellos agitados por el viento o se convierten en vísceras, costillas…; en el catálogo aparece, hay que decirlo, una escultura que no es la expuesta; de Bruno Mezcua dice el catálogo: "Llegué a una ciudad desierta..." y desde luego la casa está desconchada y sucia, triste, como vuelta en sí misma, aislada, miserable, puede ser un reflejo de esos barrios misérrimos que pululan por los arrabales de las grandes ciudades, o eso hemos querido intuir; otro artista influido por la fotografía es Eduard Resbier, cuyos dos cuadros, muy logrados, son: uno, la superficie del mar y el otro un paisaje de negrura azulada, en la que aparecen como luces alo lejos; Faustino Ruiz de la Peña es el individualismo hecho pintura descoyuntada, cuadros en el cuadro, sin relación aparente… parecen influidos por el cine y el pop americano, hasta se ve un sombrero vaquero del lejano oeste.

CONCLUSIÓN:

a la exposición, aunque diminuta, escuchimizada, podría valer más en otro escenario; la come el convento con tanta piedra para tan poca obra; se la traga; luego, en Los Toriles, las esculturas no destacan apenas del color del fondo, por lo que pasan desapercibidas, como si estuvieran agazapadas, mimetizadas, como los animales en el campo cuando se agazapan para defenderse. Pero aquí su defensa sería que resaltaran. Y finalmente, no vemos que el artista, que dicen que es muy sensible a lo que ocurre a su alrededor, trate temas para la reflexión del público: la emigración y su drama de muerte en el mar, o su tristeza en un medio hostil, la guerra (recordamos ahora a Goya y Picasso, por ejemplo), el racismo, el paro, la falta de viviendas para los jóvenes, los bajos salarios, la homosexualidad, la censura, el terrorismo y sus víctimas... En fin, que no se comprometen con temas de nuestro tiempo.