Omar Khayyam: Lavadme con Vino (*)

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Cuando muera, lavadme el cuerpo con vino.

Y rememoradme, asi, con las copas en alto.

Y si desearais acaso vedme el día postrero,

ese tras el cual no habrá aurora ni atardecer,

jornada esa que llaman el Día del Juicio Final,

husmead con cuidado el suelo de la taberna:

camaradas, amigos... ¡ahí estaré con ustedes!

entonando canciones que sean revolucionarias.

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(*) Versión sacrílega de una rubayata de Omar Khayyam

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Omar Khayyam: Flores y Fango (*)

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¡Siervo, mira la fiesta de la hierba, deslúmbrate con la apoteosis de las flores!


Despierta y pon atención: dentro de siete días, siete, hierba y flores serán polvo.


Bebe el vino color dorado, coge las rosas, y, con sus pétalos, perfuma los labios.


En un instante, será tierra la rosa y el césped se trocará en fango repugnante.

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(*) El título en esta versión libre se lo hemos puesto nosotros

Omar Khayyam: Anémona del Desierto (*)

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Toda anémona, que entretiene la tristeza del desierto, excita la imaginación

de los caminantes y causa su delicia, quizás haya sido antes sangre de rey.

Toda violeta que despide su fragancia en los jardines,
enardeciendo la sensibilidad de los cansados camelleros, 
habrá sido, quizás, señal de belleza en rostro de mujer...

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(*) El titulo se lo hemos puesto nosotros. La versión es libre

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Omar Khayyam: Almendras y Veneno (*)

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¡Actúa con prudencia, viajero!
Peligroso es el camino que transitas
y afilada la daga del Destino.
No te hartes con las almendras dulces.
Contienen veneno.

(*) Tïtulo añadido

Tomado del libro 'Rubayat' de Omar Khayyam según la versión inglesa de Francis Scott Fitzgerald; página 63, rubayata LIII; edita: Edicomunicaión, S. A.; Barcelona (España), 1994; título del original inglés: 'The Rubáiyát of Omar Khayyám'; traducción: Pedro Ramírez Cueto