
Ampo de nieve, Niño, flor del viento
que convierte en estrellas el rocío
posándose en el heno. Amigo mío,
desde una infancia que cercana siento:
Esta caña que agita el pensamiento
Tú la arrancaste de un bancal baldío;
cercenaste la caña, su albedrío,
y diste a su raiz un nuevo aliento.
Los salmos nos dijeron que era el Hombre
la hierba que crecía en el tarrado
y mañana no está. Pero tu cuna,
de paja y cañavera, se ha poblado
con estrellas de escarcha, y una a una
se salvan de la muerte por tu nombre.