martes, 10 de mayo de 2011

Mario René Matute: Ante los crímenes de Peralta Azurdia (*) (1)


Caminos del pecho adentro
tengo un largo comentario;
una corona de hormigas
me rueda por las arterias.
Los nombres de muchos muertos
clavados en cruz al viento
son ya cuchillos dormidos
que afilan su acero eterno.
¡Ay, camaradas caídos
en el camino del pueblo,
de pie como las estatuas
vuestras perínclitas vidas,
serán manantial de auroras
y fuerza en vuestros fusiles!
La pobre Patria llorando
se agacha en los comentarios;
anda buscando algún mármol
con el nombre de los héroes.
Lápida azul al océano,
pero el negocio está hecho.
Con el nombre de los muertos,
que está muy vivo en el pecho,
vamos trazando el camino
que las esperanza nos dicta.
Bandidos con uniforme,
con cuces y con medallas
han realizado la hazaña
de torturar a mujeres,
de asesinar a mansalva.
Bandidos con uniforme
en las espaldas del pueblo
clavaron su bayoneta;
para que brote la sangre;
no saben que de esa savia
se generan los fusiles
y las gestas vengadoras;
no saben que de ese géyser
que le han abierto a la Patria,
salta la furia del pueblo
que ninguno la detiene;
no saben que de esa herida
donde el dolor se hace oriente,
el sol de la nueva vida
viene triunfando imponente.

__________
(*) (De la antología 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)
(1) http://www.biografo.info/biografias/ver/49175/Enrique-Peralta-Azurdia

lunes, 2 de mayo de 2011

Marco Antonio Flores (*): Sentencia (1)

Al que rompió la luz
démosle sal,
démosle angustia,
dejémosle sin nombre,
sin cadáver,
sin candelas de cera,
sin sus sueños,
sin su apellido a voces,
sin miradas, sin tumba,
sin hoyuelos.

Cortémosle las venas al culpable,
suicidemos su sangre,
su memoria,
su condición de lobo,
su débil biografía
sin sucesos,
su cacharro de fiesta,
su postura.

Neguémosle al tirano
un entierro, un entierro
con autos y con música,
una semilla fértil, un escudo,
un dondecuandomiramequebello,
un talisman colmado con
palabras piadosas, un idioma
romántico,
un requien, una flor,
un carruajito.

(*) http://www.artepoetica.net/Marco_Antonio_Flores.htm
(1) Del poemario 'La voz acumulada'.
___________

(Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMATECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)



sábado, 9 de abril de 2011

Lo abstracto y lo concreto



Lo abstracto (del latín «abstractio»; aislamiento) es una faceta, una parte de un todo, lo unilateral, lo no desarrollado; lo concreto (del latín «concrescere» crecer por aglomeración) es lo compuesto, lo complejo, lo multifacético. 

En la historia de la filosofía, hasta Hegel, lo concreto se entendía sobre todo como multiplicidad sensorialmente dada de cosas y fenómenos singulares; lo abstracto, como característica de los productos exclusivos del pensar (Abstracción). 

Hegel fue el primero en introducir en la filosofía las categorías de abstracto y concreto en el sentido específico en que ha sido empleado, desarrollándolo, en la filosofía marxista: lo concreto es sinónimo de interconexión dialéctica, de integridad que se descompone en partes; lo abstracto no es un contrario de lo concreto, sino una etapa en el movimiento de lo concreto mismo, es lo concreto sin revelarse, sin desplegarse, sin desarrollarse (Hegel compara la relación entre lo abstracto y lo concreto, por ejemplo, con la relación entre la yema y el fruto, entre la bellota y la encina). 

No obstante, lo concreto, según Hegel, es característico únicamente del «espíritu», del pensamiento, de la «idea absoluta». En cambio, la naturaleza y las relaciones sociales de las personas han aparecido como su «ser-otro» no verdadero, como manifestación abstracta, de facetas singulares, de momentos de la vida del espíritu universal. 

Desde el punto de vista de la filosofía marxista, el portador de lo concreto, su sujeto, es la realidad material, el mundo de las cosas y de los fenómenos finitos, sensorialmente dados. Lo concreto de un objeto es la interconexión objetiva de sus partes, determinable por la relación esencial, sujeta a ley, que figura en su base; en cambio, lo concreto del conocimiento es el reflejo de dicha interconexión real en el sistema de conceptos que reproducen estructural y genéticamente el contenido objetivo del objeto. 

Lo abstracto en la realidad misma es expresión de insuficiencia, de falta de desenvolvimiento, de carencia de desarrollo, de limitación de cualquiera de sus fragmentos al tomarse tal fragmento por sí mismo, al margen de sus nexos o de su historia ulterior. Así, pues, el conocimiento abstracto se contrapone al concreto como conocimiento unilateral que fija tal o cual faceta del objeto al margen de todo nexo con las otras facetas, al margen de su estar condicionado por el carácter específico del todo. 

Tenemos, por consiguiente, que si la mera reproducción de la multiplicidad sensorial no puede ni debe ser el objetivo del conocimiento teórico, en no menor medida queda excluido que pueda servir de tal objetivo la disociación de ciertos nexos «absolutos». Pues, no bien tales nexos se aislan, pierden lo que tienen de concreto y de verdadero. 

El conocimiento teórico realmente científico consiste en un movimiento del pensar que parte de la multiplicidad sensorial de lo concreto y llega a la reproducción del objeto en toda su esencialidad y complejidad. El procedimiento que permite reproducir teóricamente en la conciencia la integridad del objeto estriba en la ascensión de lo abstracto a lo concreto, lo cual constituye la forma universal en que se desenvuelve el conocimiento científico, el reflejo sistemático del objeto en conceptos. 

La ascensión de lo abstracto a lo concreto, como procedimiento para trabar los conceptos en un sistema íntegro que refleje la disociación objetiva del objeto investigado y la unidad de sus partes, presupone el movimiento inicial de lo concreto (de lo dado en la contemplación) a lo abstracto. En este último camino se forman los conceptos que reflejan los aspectos y propiedades singulares del objeto, aspectos y propiedades que sólo pueden ser comprendidos en tanto son considerados como momentos de un todo, determinables por el contenido específico del mismo. 

De ahí que sea necesario distinguir lo concreto como objeto que se estudia, como punto de partida de la investigación (lo concreto sensible) y lo concreto como culminación, como resultado de la investigación, como concepto científico del objeto (lo concreto conceptual).