Manuel Calvo Moura nació en Madrid en 1964 y vive en Malmö (Suecia). Dice el viejo escritor Eusebio García Luelmo, y lo he recordado más de una vez, que 'todo el mundo es de Madrid, mientras no se demuestre lo contrario'. Aquí además se confirma.
Bien.
Antes de seguir adelante debemos aclarar que nuestro añadiría que él es '¡viejísimo!'. Así. Con énfasis exclamativo: reivindicando la palabra: 'viejo'. Y creo que, como Bergamín, como Bergamín, riéndose de él mismo, de sus huesos que le sostienen má mal que bien y también de nosotros que algún día estaremos en los huesos.
Seguimos con Calvo Moura: no todo el mundo madrileño da un salto hasta Malmö; él si. Total, si uno va a acabar en los huesos, que mas da en Madrid que en Malmö.
Para situarlo: M. Calvo Moura es hijo del pintor Manolo Calvo, amigo y colaborador de 'Caminar Conociendo'. Y Manolo Calvo pasó de más joven, y aún pasa, buenas temporadas en Las NAVAS DEL MARQUÉS. Con su padre fuimos, este invierno, a la exposición de gravados y dibujos que, su mismo progenitor, le había preparado en la hermosa y recoleta Sala del Agua de Ávila.
Vimos allí expuestas algunas de sus obras.
Contemplamos, inquietos, los grabados y dibujos de este madrileño afincado en Suecia, semejantes a fuguras humanas radiografiadas, medio esqueletos, enanos amenazadores gritando puño en alto... humanoides exhibiendo sus miserias; o, simplemente, gusanos, microbios o bichitos que, aunque no los veamos -y no los vemos- los imaginamos a nuestro lado o dentro de nosotros, carcomiendo o carcomiéndonos; imaginación que algunas, muchas veces, se transforma en doliente realidad, casi siempre fatal.
Y mirando, digo, estas creaciones de Manolo Calvo Moura, no podemos impedir que nuestros ojos dirijan su vista, de reojo, hacia el espejo.
Radiografías, esqueletos, gusanos... forman el universo artístico -universo negro, diríamos, como negro es el universo en que vivimos- de este fino grabador.
Y no es que el artista o los artistas, por el hecho de representar de esa manera el mundo, el cosmos, tengan un alma infame, perversa, dcriminal... un alma negra, ¡no! ¡qué estupidez sería si se pensara de ese modo!; no, no es eso: sino que nace, pensamos, de una profunda reflexión sobre el ser humano y su entorno; y él y los otros artistas plásticos que así plasman sus ideas, muchos, parecen querer llegar hasta el mismo centro de la vida apartando las engañosas y perecederas vanidades; o curarse en salud, permaneciendo sanos, por lo menos de espíritu, hasta que la vieja dama los lleva a su regazo, antes que el lento termitero del espejo les haya convertido en ese esqueleto que seremos, tarde o temprano; y antes, mucho antes, de que eso ocurra y se conviertan en unos ridículos energúmenos, enanos diríamos, petimetres, carrozas, caravanas, quieren hacer una radiografía del mundo y de ellos mismos, apartando la carne gloriosa y golosa, hasta quedarse inermes, huérfanos, al desnudo: es decir: en los huesos.
FICHA MINIMA:
Manuel Calvo Moura nace en Madrid. Estudios de grabado en la Östra Grevie Folkhögskola (Grafik) de Malmö, Suecia. Estudios en taller de 'Método de libro gráfico' impartido por los artistas de Asa Maria Bengtssom y Arnold Hagström. Participa en un taller de impresión en hueco de fotografía, impartido por Göta Svensson.
Exposiciones: Vallecas (Madrid), 1993; Falsterbo (Suecia), 1994; Malmö (idem); Simrisham (idem); Casa Brasil (Madrid), 1995; Ibiza, 1996; Copenhague (Dinamarca), 1997; Varna (Bulgaria); Japón; Lisboa, 1999; Málaga, 1999; París, 1999 y Ávila, 1999.
Texto:
M. de Los Hoyos
y Conde de Las R.
De 'Fontana Sonora' (suplemento de 'Caminar Conociendo' nº 8) páginas XIV y XV. Se ilustra con fotografías de 5 grabados. A la izquierda de la página XIV se reproduce 4 dibujos de humor de 4 artistas participantes en una exposición en Irán: Setsuo Usami, Valentín Druzihinin, Norman B. Isaac y Davoud Safari
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