SUS ÚLTIMOS TRABAJOS: LAS NUEVAS PIRÁMIDES
Caminar con Mariano por los pinares de los alrededores de Las Navas del Marqués se convierte en aventura y disfrute al reconocer los principios y la sensibilidad que, más tarde, se va a reflejar en su obra escultórica. Por momentos sus paso se aceleran y su mirada se aviva, como el perro que olfatea sus posibles presas: de repente se detiene, se agacha y observa con atención la raíz, el pequeño o gran trozo de un tronco que ha quedado abandonado tras la tala de una zona de pinar. Estamos, quizás, ante una posible interpretación escultórica de estos tochos. Los observa, reflexiona y pasa inmediatamente a la acción. Extrae con presteza de su bolsillo una pequeña navaja y comienza a hurgar en los entresijos de la madera: la sanea, la desbroza, empieza a sentirla.
Ahora ha comenzado una raíz que, en el instante de tocarla con el utensilio cortante, se le desmorona; pero no tarden en aparecer las partes más duras... Decide llevársela.
Mas tarde, en el taller, seguirá rascando por los vericuetos, los canales en zigzag que las larvas de los insectos han trazado. La navaja camina y limpia los senderos abiertos por estos representantes del reino animal que de forma aparentemente caprichosa han horadado, hacia todos los lados, en todas las direcciones, la materia de la extraen la celulosa que les alimenta.
El escultor como si se tratara de la limpieza de una tubería o de la disección en el laboratorio de un pequeño animal para su estudio de vísceras, seguirá trabajando por estos laberintos para descubrir el esqueleto. Después, tras cortes y modificaciones aparecerá la escultura.
Alguna de estas piezas de los últimos trabajos de Mariano son como nuevas pirámides pero a la inversa de las conocidas. No son monumentos que contengan restos de seres dentro de sarcófagos. El edificio ha sido labrado por seres vivos para su alimento, ya determinando, en cierta manera, su morfología, al arquitecto-escultor. Luego los insectos han desaparecido o han sido extraídos, dejando la huella de su caminar. El resultado final se ha convertido en otro personaje, otro habitat, o en un duende... ¿En una lámpara maravillosa? Los trabajos anteriores a esta forma de hacer, de concebir la escultura, apuntaban ya a las sugerencias que muestra el material genuino y anunciaban este nuevo encuentro.
'Cacha' ha trabajado la madera pero también la piedra. Ha sustituido la navaja y la guvia, por el cincel. En todo momento su interés por la variedad y riqueza de los materiales le han servido de inspiración y juego: granito de Sudáfrica, de Las Navas, piedra de Villamayor, madera de cerezo, pino, olmo, nogal, enebro, almendro, ébano, han pasado por sus manos y por su imaginación.
Hoy, estas notas han querido narrar brevemente el último deambular de este personaje que ama todo lo que aparece en la naturaleza de forma sugerente a su inquieta mirada, a su percepción de las formas a las que siempre da un contenido rico y diverso.
ESTE ARTÍCULO APARECE ILUSTRADO CON 8 FOTOS EN LOS QUE EL ARTISTA APARECE EN LOS PROLEGÓMENOS DE SUS CREACIONES Y TRES DE SUS ESCULTURAS.
Fotos: Calvo Moura
Texto: Alberto Abad (creemos que es un seudónimo del pintor Manuel Calvo)
(págnas X y XI de 'Fontana Sonora', suplemento de la revista 'Caminar Conociendo', número 8 de julio de 2.000)
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