lunes, 26 de febrero de 2007

CAMINAR PINTANDO por Esther Martín Sánchez

El desarrollo cultural de un pueblo, de sus gentes se puede medir en sus iniciatiavas, en la calidad humana de sus relaciones sociales, en su libertad individual para elegir actividades promocionales, por instituciones y a desarrollar en grupo, en la calidad de sus asociaciones y ayuntamientos.
Así, la Asociación de Amas de Casa 'María de Córdoba' viene desarrollando e impulsando actividades que mejoren la calidad de vida y la comunicación entre personas de su pueblo.
Su Presidenta, C. Segovia, a la cabeza, con gran esfuerzo, promueve, un año más, el curso de pintura del que nos sentimos muy orgullosas y satisfechas, no solo por sus resultados, que mostramos cada año en una exposición en la Semana Cultural de la Villa, sino por el esfuerzo con que trabajamos, la alegría, el buen humor, lo que a este grupo privilegiado, al que dignamente pertenezco, le permite superar el caracter cerrado rural y relacionarnos.
Del arte de la pintura alguien dijo: 'El pintor no se hace, está, desde el principio, soretando, acechando y atisbando. Lo que sí se hace es su modo de reclamar la libertad, su actitud cautelosa y desafiante. El pintor abre al nacer los ojos a la luz y ésta le da sentido a su vida'. Nosotras, en estos dos grupos aprendemos cada día, nos descubrimos en la luz de los colores, en los pinceles.
Como dijo Leonardo Da Vinci: 'Mirad la luz y admirar su perfección. Cerrar los ojos y observad: lo que habéis visto ya no existe; lo que veréis no existe todavía'; así escogemos libremente los temas, variados paisajes, bodegones, retratos, rincones y lugares de nuestro pueblo y creamos nuestros cuadros, nos sentimos orgullosas de ello.
Le dedicamos nuestro tiempo que compartimos con nuestros maridos, casa, hijos y amigas. El tiempo no es sino el río al que vamos a pintar, bebemos de sus aguas, pero mientras lo hacemos nos damos cuenta de lo profundo que es. La tenue corriente discurre río abajo, pero la eternidad permanece. Al igual que nuestros cuadros que captan imágenes que permanecen, que tienden a ser arte, a recordar lugares olvidados.
Yo me pregunto, ¿y si los personajes de nuestros retratos nos mirasen?, ¿si las puertas de sus casas se abriesen?, ¿y si las frutas de sus bodegones se dejasen comer y supiesen?, ¿y si las flores, los árboles dentro de sus paisajes oliesen? Es simplemente otra perpectiva a la invito a todo el mundo que pase por nuestra villa, ya sea del pueblo o de la colonia veraniega. Otra manera de mirar y disfrutar de nuestro trabajo durante un buen rato. Esperamos vuestra crítica para seguir aprendiendo.

Esther es miembro de la Asociación de Amas de Casa.

(Fontana Sonora (suplemento de 'Caminar Conociendo' nº 8), página XVI de julio de 2.000)

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