"... pero el Cuervo de Poe
abrió por fin si pico y dijo:
'Nunca Mas'.
Benedetti: 'Bestiario'
De aquel romántico paseo en lancha, sobrevino el naufragio. Yo alcancé una tabla que flotaba entre las aguas. Me sujeté a ella con fuerza y comencé a mover mis pies, para avanzar hacia una supuesta orilla.
Entonces vi como su cuerpo, poco a poco, se ahogaba, mientras pedía ayuda levemente. A duras penas me acerqué, le tendí la mano y le presté parte de la tabla.
Una vez juntos, quizás cino o seis horas, arreció un fuerte viento que dificultaba el compartir la tabla. Así pues, él, intentando ahogarme, se hizo con la tabla para él solo y se salvó. Con gran esfuerzo emergí y también pude salvarme...
Meses más tarde, animada por el demonio de la desvergüenza, le llamé por teléfono y le escupí, hasta en sesenta ocasiones, parte del agua que me había tragado. Posteriormente registré el dolor, escribiéndolo en el agua.
Mercedes Herrer (Palencia)
Página 30 del número 8 de 'Caminar Conociendo' de julio del 2.000
1 comentario:
A quient tuvo que llegar llegó...y con eso basta.. buen texto...
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