¿De dónde proceden esos rostros, cabezas sin cuerpo, con mirada de buho? Tal se encaraman sobre los hombros, ahora invisibles, de aquellos hombrecitos qeu Manuel Calvo pintara obsesivamente en otro tiempo. ¿Cuándo?
No importa. Las fechas no logran separar estas imágenes que sin duda representan los mismos seres. Entonces carecían de rostro. Sus cuerpos, apenas siluetas, poseían transparencia de cristal. Eran desnudos interiores. En su diáfana inmaterialidad albergaban el vacío de un destino individual, que su obstinada reiteración descifraba común.
Ahora estos rostros sorprendidos en seco, en aquellos cuerpos anónimos, parecen sostener una identica visión del mundo que les rodea. Menos preocupados por la fisonomía de los rostros que por la espesa incógnita de sus miradas, unos cuantos trazos le bastan a Manuel Calvo para otorgarles una enigmática realidad. Apenas unos trazos que revelan la estructura ósea. Sus rostros desgastados por el tiempo, espectrales, que podían estar muertos. Pero en los agujeros de sus ojos, la mirada, como un gong, nos alerta.
Sólo la densidad y la expresividad de los ojos confirma la realidad de su existencia. Miran de frente, incorporados sobre la mirada. Son rostros que no se detienen en el plano del lienzo o de la superficie cerámica, ni se aferran a la madera que les sirve de soporte.
Lo que les distingue es que no hay distancia entre la mirada del cuadro y la mirada del espectador. ¿Quién es el que mira? Cuando dos miradas se encuentran, la trama en la que se entrecruzan aleja de su campo de visión toddo lo demás. Se da, pues, un reconocimiento de uno mismo en el otro. Las miradas se confunden, se convierten en molde la una de la otra.
Sin fragor, en un silencio intenso, se diría que lo que miran avanza ciégamente. Lo que miran evoca todo aquello que les horroriza, persigue o no comprenden y nunca se disipa del todo. Manuel Calvo pertwenece a una raza de artistas íntegra y aventurera, para los que el fervor de la vida no se distingue de la angustia que produce la existencia.
Los rostros de los cuadros, nustros rostros de espectadores, esops rostros sorprendidos en la oscuridad con las luces de bengala de la pintura, tiene una arruga en la frente. La perplejidad es el tiempo de estos rostros, el instante en el algo avanza hacia ellos, amenazante e incomprensible. Ese algo se sitúa en el cuadro para el espectador y allí donde está el espectador para el cuadro que mira.
No hay otro espacio que el crea la mirada, siempre inquieta e inestable en la peana del rostro. La mirada convierte a veces los rostros en cosas. Objetos redondos o cuadrados que resbalan entre los dedos. Porque este experimentador inconsable no puede renunciar a los ritos de una antigua magia. La mirada despega los rsotros de lo humano y hay rostros que son mares, pájaros, soles o lunas.
En ocasiones, los rostros se vuelven máscaras y conjuran nuestro propio reflejo en la oquedad de una imagen ignota. Otras veces son rostros negados, como si su mirada se hubiera revuelto contra ellos mismos.
Algunos son retratos. De vivos y de muertos. Como todo solitario, Manuel Calvo no olvida a sus amigos que siguen viviendo con él. Los más conmovedores quizás sean sus propios autoretratos, en los que le individualiza se enreda en el paisaje común de todos los rostros, como una hoja que temblara solitaria en un bosque. Allí, en ese bosque de rostros, la mirada de Manuel Calvo se agita y desprende de los ojos con la liberttad y la perplejidad de uan hoja al viento.
Ramón Mayrata es escritor
Manuel Calvo: ficha mínima:
Nace en Oviedo en 1934. Primera exposición: Galería Alfil 1958. Luego exposiciones en Córdoba, Valencia, Bilbao, Madrid, París, San Marino, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Basilea.... Las últimas: Valladolid, Ávila, Alcalá de Henares.
Con los grabadores de 'Estampa Popular', expone en París, también en la Galería Quixote de Madrid, en Bahía.
Ha realizado decorados para obras de teatro de Adamov, Bertolt Brecht y Arrabal, para manifestaciones culturales. Asesor artístico en cine. Efectuando portadas, confeccionado revistas, carteles e ilustraciones.
Participa, fuera de concruso, en el 'X Certamen de Cine Documental de Bilbao' con la cinta 'El 17 de Elvira'; el jurado le otorga el gran premio y exige la exhibición de la película el día dde la clausura. La organización no lo hace (Confusión y protestas)
Representado en los museos de Arte Contemporáneo de Madrid, Río de Janeiro y Villafamés.
Como cosa curiosa, porque representa como entienden algunos la Libertad de Expresión, el periódico El País no le publica unas aclaraciones en torno a una entrevista de Antonio Saura sobre el grupo 'El Paso'.
A la revista 'Caminar Conociendo', nº 8, se le han ido agregando escritos. Si desea ojear el número de ella retroceda hasta encontrar el índice, el staf o los titulares de la misma.
martes, 17 de abril de 2007
Ramón Mayrata: M. Calvo, huesos de cristal
Manuel Calvo, huesos de cristal
por Ramón Mayrata
¿Ojos de Ramón Mayrata?
TODO LO ANTERIOR EN LAS PÁGINAS 8-9 DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' DEL NÚMERO 8 DE JULIO DEL AÑO 2.000
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